martes, 3 de marzo de 2009

Equipos, Valores y Liderazgo

Qué temas verdad?. Que se puede decir que no se haya dicho ya?. Pero el caso es que es una reflexión recurrente que me encuentro haciendo (en solitario o en conversación con otros) a cada paso que doy.

“Pero dónde encuentras a la gente?”, me preguntaba un amigo ayer.

Cuando estás trabajando en una organización es fácil establecer las relaciones profesionales. La empresa, de hecho, lo hace por ti. Te contratan y te asignan a un equipo, a un departamento, a un área, a un territorio, a unos clientes… Y alguien ha decidido previamente, los flujos de relación y comunicación. Claro que existen las comunidades informales dentro de cualquier organización pero la estructura está clara y garantizada (para bien o para mal).


Los valores, están condicionados por la genética de la organización. Por mucho que nos empeñemos en diseñar una cultura corporativa, ocurre que al final, la organización responde a una combinación casi mágica que va más allá de la suma de sus componentes y muchas veces a pesar o en contra de ellos.

Los líderes (por unificar conceptos) también están decididos y asignados a sus equipos.

Cuando sales de la zona "protegida", todo eso cambia:

A tus compañeros, por responder a la pregunta de mi amigo, te los encuentras por el camino, o ellos te encuentran a ti. Utilicé en la conversación una metáfora que creo que sirve: Es como hacer una peregrinación, un Camino de Santiago, dónde todos caminamos juntos, a velocidades distintas, con mochilas diferentes, pero conscientes de que en el trayecto dependemos, de una forma o de otra, los unos de los otros.
Nos encontramos en las posadas y conversamos y surgen afinidades, complementariedades o incluso competitividades, pero ni siquiera esto último, se vive (salvo en tristes excepciones) con agresividad o deshonor.


Los valores, son personales. No hay un ecosistema condicionador. Y cómo al final los negocios y los proyectos se hacen entre personas, es todo bastante más claro. O se comparten valores o no hay tema. Forzar una relación comercial entre personas que no comparten una mínima visión y formas de hacer, es un riesgo altísimo, y en el mejor de los casos, un desgaste para todos.
Si el dinero es lo único que nos une, vamos mal. Es como un matrimonio de conveniencia. No sé, yo no quiero gastar ni un segundo de mi tiempo en protegerme, en defenderme ni en dudar de mis compañías. Quiero relajarme, disfrutar con ellos y concentrarnos en los proyectos. Y creo que esa confianza mutua está basada fundamentalmente en valores comunes.

Y vamos con el liderazgo, porque cuando sales de una organización, al lider lo escoges tú. Sigues a quien quieres porque es capaz de aportar todos esos ingredientes que sabemos sobre el liderazgo. “El compromiso se asume por convencimiento no por imposición".
La cita está extraída de un artículo de este sábado pasado en El PAis : “¿Cómo es el líder empresarial del siglo XXI?” que no encuentro en formato digital, lo siento. Si alguien lo encuentra que lo diga.

Algunas delicias más del artículo:

No les da miedo contar con gente mejor que ellos. Saben hacer y conservar equipos humanos, la clave de cualquier negocio. No están atados por convencionalismos en sus actuaciones empresariales, y priman la inteligencia y el conocimiento por encima de todo”.

El liderazgo no debe confundirse con la fama, el carisma o las hazañas”.

El hecho de ser jefe no significa necesariamente ser líder…Se puede quedar en lo estructural, es decir en ejercicio de poder”.

Esto es a lo que me refería, en la producción extramuros, no hay estructura que abone el ejercicio del poder. Así que aquí fuera a falta de jefes, es más fácil identificar el liderazgo.

El liderazgo es más que una habilidad o una técnica. Es un estilo de vida o una forma de pensar, lo detenta aquella persona que consigue que se hagan las cosas, que se cambien, que se innove y que se mejore”.

En el siglo XXI el lider “tendrá que ser un facilitador, un integrador…dar soporte, liberar el máximo potencial de cualquier persona, firme en su esencia interior, abierto a la escucha activa y generador de confianza mútua

Cuando comparo mi entorno actual con el que he vivido en las organizaciones, llego a una extraña conclusión. Allí la cosas funcionaban cuando éramos capaces de trabajar como se trabaja aquí fuera : Cuando te encontrabas con gente con quien crear comunidades alrededor de los proyectos, Cuando el grupo compartía valores y se olvidaba de las luchas de poder, Cuando teníamos un líder que era algo más que un jefe y Cuando de alguna forma, teníamos la sensación de que emprendíamos algo propio.

Quizás esas organizaciones pueden observar lo que pasa ahí fuera y adoptar modelos que aunque parezcan muy innovadores, hay ya recorrido, experiencias y casos de éxito por todas partes. Ya no hay razón para el miedo y demasiadas para reaccionar cuanto antes.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, qué sensación... Esperaba encontrarme el patio de los comentarios plagadito de gente opinando sobre tan enjundiosos temas... y resulta que soy el primero. Pues vaya.

Bueno. Pues no seamos tímidos aunque me encuentre con usted a solas, algo habrá que balbucear.

Pues en efecto, como usted dice, el líder nunca se ha cocinado bien entre las paredes de la empresa, de la organización. Yo tengo la singular manía de pensar que ser líder y ser jefe es incompatible, ya que el liderazgo se consigue de manera coyuntural e informal, mientras que ser jefe es un nombramiento formal que anula la posibilidad tanto de la coyuntura como de la espontaneidad. Es verdad que hay personas con tanta capacidad de liderazgo que pueden llegar a hacerte olvidar que, además, son tus jefes; pero son muy raras y escasas y no salen de másteres ni de seminarios directivos.

Así que refrendo tu idea. Si alguna vez encontramos un mesías, será en la calle. ;-) (o en Shakespeare, claro).

Odilas dijo...

Pues seguimos solos colega ;-)!!

Me hace ilusió que ahora, después de un tiempo por aquí, recuerdo el momento en que leí los viejos posts que referenciáis. Al principio tenía siempre la sensación de haber llegado tarde a una fiesta ;-)

No sé, yo sí creo que se puede ser líder y jefe pero por ese orden y como dices, siempre conyuntural.

La cosa es que aun líder lo escogen los liderados y renuevan votos todos los días. Un jefe no se escoje (en la mayoría de los casos).

Matrimonios vs. affairs en permanente reconquista, te suena ;-?

Anónimo dijo...

Yo suelo decir que el liderazgo en estos entornos en los que nos movemos es meritocrático. Y eso no quiere decir que es líder quien más sabe, sino quien es capaz de sacar de los demás lo mejor por ejemplo...
Me ha gustado mucho tu metáfora del camino de Santiago ¿me dejas usarla? Por cierto pronto nos vemos en algún albergue/proyecto por Bizkaia, ¿no?

Odilas dijo...

Hola DAvid!. Alegría de verte por aquí.
Coincido con tu matiz y por supuesto que puedes usarla, no es de nadie ;-).

Nos vemos pronto en algún albergue al "sur de Islandia".

Hasta pronto.

Anónimo dijo...

¿Ayuda el hecho de no tener nada atado y bien atado a que cada uno de los protagonistas tenga que poner toda la carne en el asador para cada aventura compartida? Supongo que sí. El hecho es que, en contraposición, las organizaciónes más rígidas son las que antes te fosilizan por dentro.

Sólo hay una razón para el miedo, Odilas: que quien debe dar el primer paso descubra que es jefe y no líder. Algunos, en su fuero interno, tienen más certezas que sospechas.

Odilas dijo...

Hola Anna, desde luego, el mejor estímulo es siempre la necesidad!. No sé si le lo oí decir a alguien o me lo invento, que el mundo se mueve o por deseo o por miedo...mmm

Bienvenida y enhorabuena por el año de tu blog. Somos de la misma hornada ;-)

Anónimo dijo...

Es curioso que estas ideas tan sencillas y tan cargadas de sentido común sean tan difíciles de encontrar en la práctica.

Supongo que no nos han educado para la convivencia, la colaboración, la participación o el liderazgo.

Un placer leerte, Odilas.

Odilas dijo...

Gracias Iñaki. Hay que desaprender mucho sí ;-).
Un abrazo

Unknown dijo...

La verdad, muy provocador el post y los comentarios. Por seguir añadiendo: el liderazgo no es un ejercicio de influencia descendente; es un proceso de influencia mutua entre líderes y liderados (utilizando un término que tú utilizas). Y cuando esa creeencia la tiene quien asume una responsabilidad de liderazgo, más fácil es que sea reconocido como líder.

Senior Manager dijo...

La gente sigue viendo complicado el poder gestionar las relaciones personales por pensar que merecen un manejo especial o condiciones únicas...y luego resulta que todo lo que hacemos son relaciones personales y que prácticamente estamos relacionados con todo lo que nos rodea, aunque de formas muy diferentes. Somos un simple nodo en el medio de una zona que parece diáfana, pero que está repleta de ruidos envolventes.
SM

Anónimo dijo...

¿De la misma hornada? No lo hubiera dicho nunca... ¿Por qué será que cuando empiezas los demás siempre te parecen más guapos, más fuertes, más listos y más veteranos? ;-)

Odilas dijo...

@Virgili, tú te has debido encontrar con peces de todos los colores ;-). Muy gráfico lo de la influencia mutua.

@Sí SM, todo son relaciones personales. Y hombre, fácil no es. SEría más fácil si nos despojáramos de máscaras, miedos, complejos, inseguridades...y nos relacionáramos con sencillez con los otros. Pero que difícil es la sencillez ;-!!

@Anna, pura ilusión óptica, te lo garantizo. Un abrazo