sábado, 31 de mayo de 2008

Los amos de la comunicación

Buscando iconos para una presentación sobre Comunicación, me encuentro con esto


Me ha hecho reír (de mi misma)
Buen fin de semana ...y a comunicarse ;-)!

viernes, 30 de mayo de 2008

Passion! From Tom

“Hard is soft; soft is hard."
"The real soft stuff is the numbers in the plan. The real hard stuff, passion, energy, values, character, enthusiasm"



Tom Peters on Passion! from Tom Peters on Vimeo.

jueves, 29 de mayo de 2008

Cositas buenas

De vuelta de Madrid. Ya hace un par de días, pero he estado recolocando cosas en mi cabeza y con pocas ganas de mostrarlas. Ayer, en un bar cercano a mi casa de Barcelona, un amigo me decía que a veces soy muy absolutista con temas como la belleza, la integridad, los valores, al lealtad, la excelencia, y que así corría el riesgo de estar a merced de lo que pasa a mi alrededor, de lo que hacen los demás y del filtro exigente con que yo lo valoro todo. Me recomendaba relativizar la vida, y aprender a valorar la belleza intrínseca en las pequeñas cosas, sencillas y cotidianas.

Son consejos sabios, pero el primero de ellos me veo incapaz de seguirlo. No sé si soy capaz de relativizar la vida y no sé si quiero aprender. Me emociona la belleza (en cualquiera de sus infinitas representaciones) y me hunde en la tristeza más absoluta la miseria (“de pensamiento, obra u omisión” como dicen los cristianos). Sé que esa sensibilidad me hace frágil, pero también sé que nunca he sido capaz de pasar de puntillas por la vida, de no involucrarme hasta el cuello en todo lo que hago, de buscar magia hasta debajo de las piedras, y que mejor o peor, he aprendido con los años a aceptar el precio que se paga por tanta pasión (ingenuidad?).

De pequeñas cositas sencillas y bellas, me traigo un montón de Madrid. Allí viven y trabajan buenos amigos y he compartido con ellos unos días entrañables.

Charlé con Arwen y Eowyn en la cafetería de Lothlorien. Me pusieron al día de sus proyectos y de sus preocupaciones. Me preguntaron por algunas de las historias y personas sobre las que han leído en este blog. Me dijeron que les hace compañía, y que cuando no hay nada que ver en la televisión o nada que leer, se pasan por aquí, a ver “que cuenta hoy Odilas”. Les agradezco mucho sus comentarios y la conversación que tuvimos. Pura complicidad, respecto y admiración mútua.

Los Elfos, me recibieron eufóricos porque me habían visto en la tele, denunciando a los de Pullmantur. Yo ya me había olvidado (de la tele, de los de Pullmantur no me olvido). Sentían orgullo ajeno por el ánimo guerrillero. Ellos lo practican a diario en su cruzada particular.
Uno de ellos me explicó un proyecto interesantísimo, de esos en los que te pones a trabajar mentalmente aunque nadie te lo pida. No pierde su buen humor (el mejor antídoto ante la adversidad, dice él).

De trapitos el sábado, casi me peleo con Bibiana, la ministra de igualdad. No la reconocí cuando me recomendó que no me quedara con el vestido lila, que estaba horrible. El que me favorecía también le gustaba a ella, pero yo lo vi primero, es la ley. Y ante un modelito a buen precio, todas somos “iguales”. Le deseo mucha suerte y mucha fuerza, parecía cansada.

Gabino Diego me miraba en un restaurante mejicano, como si la famosa fuera yo (y eso que aún no llevaba el vestidito!).

Gandalf me invitó a un café Express. Volvía cansado de Berlín. Yo escuchaba atenta sus aventuras de seductor apasionado por la vida y las mujeres. A mi, me trata con el cariño de un padre amigo, y como tal me pidió por favor que no perdiera más peso y que me cuidara, y que disfrutara, y que me buscara un novio.

Boromir, mi profesor de Inglés cuando trabajé en Madrid, me conmovió con su historia personal hecha de amor, dolor y superación. Fue el primero que me dijo que el 2008 iba a ser un año convulso (global y personalmente). Su vida está a punto de cambiar radicalmente, lo intuye, no sabe cómo, pero lo sabe y no tiene miedo.

En un bunch pasado por agua compartí horas deliciosas con Bilbo y su amada. Hicimos pedazos la profesión de la consultoría..su historia, su evolución, su futuro incierto. Bilbo me recordaba aquello de la fuerza de la fragilidad. Es entusiasta, idealista, comprometido. Se niega a que lo procesen. Se niega a chapucear. Se niega a converger con el status quo. Se siente sólo. Pero en el fondo, se siente bien. Sabe que le pueden traicionar todos, pero que él no se fallará a si mismo.
Aragorn no se presentó a la cita. Le esperábamos, pero una resaca eurovisiva le impidió venir. Por suerte, le había pescado durante la semana en otro café expres.

Mi anfitriona, hizo que toda la estancia fuera cómoda e intensa, repleta de cositas buenas, esas sencillas y cotidianas que hacen que la vida valga.

jueves, 22 de mayo de 2008

A vueltas con la vida

De nuevo de viaje, camino de la defensa de una oferta, de nuevo un proyecto de Administración Electrónica, de nuevo en un avión “cerquita de cielo” como dice un bolero, y de nuevo, escribiendo lo que no toca.

Hoy nos jugamos un proyecto, y como siempre uno quiere hacerlo lo mejor posible, pero hoy no es un día normal, hoy es un día raro, peligroso,  porque hoy es de esos día que todo me importa un carajo.

Cuando digo todo, me refiero a ese todo por lo que la mayoría de los mortales nos preocupamos en exceso todos los días, sin ser conscientes de que mañana podemos no estar aquí. Sí, uno no se levanta todas las mañanas pensando que ese día puede ser el último y que vale la pena celebrar y saborear la vida. Más bien solemos vivir atrapados en preocupaciones banales, olvidando que la vida se nos acaba desde el día que empieza y que esa deliciosa y terrible fugacidad que es nuestra existencia, es lo que le da sentido al tiempo, al relato vital, al camino que hacemos y a cómo y con quien lo hacemos...y a tantas cosas.

Ayer, a una amiga mía (y de muchos, porque es adorable) le corrigieron un diagnóstico que durante muchos días le ha obligado a enfrentarse a sus miedos, a sus reservas, a sus límites, a su fragilidad y a su vida como algo que puede terminar “antes de lo esperado”.

Mi amiga a pesar de su juventud, ha vivido más de lo que muchos lo hacen en toda una larga vida. Ha sufrido y ha aprendido, ha pasado por situaciones que a muchos nos hubieran dejado tirados en la cuneta y ella ha conseguido extraer de cada experiencia un aprendizaje que la convierte en una de las personas más sabias que conozco. Ella es pura luz y los que la conocen saben de qué hablo.

Cuando hace unos días me comunicaba que le habían diagnosticado un cáncer, sentí mucha rabia, porque a veces parece que la vida se ensañe siempre con los mismos. Pero enseguida pensé en quien es ella, y me invadió una sensación de seguridad, de calma. Ella saldrá de esto. Seguro. Y además, aún más sabia. Vamos a tener que mirarla con gafas de sol.

Estoy instalada en su casa de Madrid, ella volvía ayer de su ciudad de origen. Sus amigos la esperábamos, asustados, preocupados. Yo me había preparado mentalmente para compartir con ella, el miedo y la esperanza, la logística del día a día, conversaciones difíciles…lo que fuera. Incapaz e impotente pensé al final valdría, por lo menos, el profundo cariño que siento por ella.

Pero ayer, la última prueba, contradijo los primeros análisis y aunque será un proceso complicado, nada tan agresivo y arrasador como la primera opción. La recibimos en eufóricos, como si a todos nos hubieran enchufado de nuevo a la vida, aunque sabemos que es tan sólo un ilusión óptica, que estamos de paso y que no sabemos durante cuanto tiempo.

Yo no bebo, pero anoche levanté muchos vasos de vino en su honor y por la vida, por ella y por todos los que allí estábamos, y brindé, secretamente por ese tipo de experiencias que, aunque duras, abren una brecha de conciencia en estas vidas un poco irracionales que llevamos.

Los que sólo la hemos acompañado, nos llevamos una lección, un susto, y la confirmación de que la necesitamos a nuestro lado. Ella se lleva una “muesca más en su revolver” como decía uno de sus amigos. Una experiencia que la hará aún más fuerte, más humilde y más humana.

Creo que la muerte es una gran oportunidad para entender la vida, el problema es que si tenemos suerte, nos llega demasiado tarde

Un beso Madame.

lunes, 19 de mayo de 2008

Motivar a un funcionario

En el avión, de vuelta de la reunión de kickoff de un proyecto para definir un plan estratégico de adecuación a la Ley de Administración electrónica.

Debería hacer el acta, pero hay reflexiones que no “aguantan” ese formato, así que empezaré por ordenar y compartir ideas y luego ya paso a los formalismos.

A estas alturas todos tenemos claro que la aplicación de la LAE trasciende a cuestiones puramente tecnológicas y que su éxito radica en un profundo cambio cultural que afecta al diseño tanto de procedimientos, como de modelos organizativos y sobretodo, a un cambio de actitud de toda la cadena de profesionales involucrada en los servicios públicos al ciudadano.

La reunión oficial ha durado un par de horas. Las charlas informales otras dos. Tan provechosas unas como las otras.

“Estamos muy lejos de esa situación”. Me reconocía uno de los asistentes a la reunión. Tú hablas de movilizar a toda una organización, de gestión del cambio, de compromiso, de cohesión al proyecto común para transformar la administración, pero los funcionarios no quieren transformar nada. Ellos ya están bien como están.

Y yo les decía en un ejercicio metodológico de catalogar los factores críticos de éxito y la tabla de riesgos…etc, que el liderazgo político es imprescindible, que el liderazgo ejecutivo también, pero que sólo el ejército de hombres y mujeres que operan día a día con los procedimientos, la atención al ciudadano, las herramientas y las normativas, son los que van a conseguir que esto salga adelante. Si no, sencillamente, digitalizaremos la desidia.

Me miraban escépticos, recordaban experiencias pasadas donde no se consiguió el entusiasmo y el compromiso necesario, yo recordaba
las palabras de Miquel.

Pero como me decía Pere esta tarde, “igual que podemos decir que cualquier persona tiene un precio, también cualquiera de nosotros tiene un resorte que activa la motivación. Hay que encontrarlo”

Y eso intentábamos por la mañana. Uno de ellos comentaba: “mira, no hay herramientas de motivación por la retribución –no depende del rendimiento-, ni por el prestigio –no es moneda de cambio en este entorno-, ni por la promoción…”. Ya, pero “no les mueve la pura satisfacción por el trabajo bien hecho?, no disfrutan sirviendo al ciudadano?". Me han mirado como preguntándose de qué planeta vengo.

Me he sentido un poco estúpida, pero es que no me lo creo. No me creo que las personas decidan la desidia a la pasión, no me creo que tantas personas estén dispuestas a PERDER 6,7,8 horas al día sin sentir nada más que el paso de tiempo. No soy estúpida (del todo) y esto ocurre y lo he visto también en empresas privadas, sobretodo en grandes corporaciones. Lo que no me creo es que no haya remedio.

Al contrario, creo que las personas necesitan darle sentido a lo que hacen y que están esperando que alguien o algo les de la oportunidad de hacerlo. Las personas que se comportan de forma apática en el entorno laboral son las mismas que en otros contextos se apasionan tocando un instrumento musical o subiendo montañas. Son personas con inquietudes intelectuales (al menos las necesarias para haber cursado una carrera) y con el coraje y la determinación suficientes como para “sacarse” unas oposiciones.

Y es que en realidad la desidia y la falta de motivación no es un mal genético de los funcionarios, ni un virus diseminado por los conductos de aire de los grandes mausoleos corporativos. Creo más bien que estas actitudes son reacciones a un entorno frustrante, a la falta de líderes y a tareas poco estimulantes del talento y el potencial que todos tenemos.

Se me ocurren algunas (poco fundadas científicamente):

. Si se compartimenta demasiado un procedimiento, es difícil sentir vocación por el servicio que estamos ofreciendo y por la satisfacción del receptor de esos servicios. Si una persona o un departamento se encarga sólo de un eslabón de la cadena de una solución factorizada, cual será el objeto de su pasión?. Hoy he revisado 10 firmas más que ayer?. Sería mejor si pudiera orientarse a un servicio completo, de principio a fin, y que la satisfacción de su cliente, dependiera de su actuación y de su profesionalidad.
Leí una vez en el libro de Tom Peters “Organizaciones en Tiempos de Caos” que en un hospital estadounidense cambiaron radicalmente el sistema de atención a enfermos. Con el antiguo cada paciente era atendido por 10 o 15 personas al día que hacían pequeñas revisiones y tareas (todas rutinarias y sin valor de servicio real). Cambiaron por un sistema donde cada paciente era atendido por una pareja de enfermeros “asignados al cliente”.Ellos se encargaban de todo, de forma integral para ese paciente. La experiencia, cuenta, fue muy gratificante tanto para empleados como para los enfermos, que establecían una relación más personal con sus asistentes. ¿Se puede hacer lo mismo en la Administración Pública?

. Otra causa es que si nadie te mide, es difícil mejorar, implicarse, superarse. La mirada de uno sobre sí mismo, no es suficiente. Si mi trabajo tuviera el mismo resultado independientemente del esfuerzo dedicado, si nadie se enterara de si trabajo bien o mal, seguramente, más pronto que tarde a mi también me daría igual. No hablamos de fomentar la competitividad salvaje ni de someter a presiones irracionales a nadie. Hablamos de valorar el rendimiento, la calidad, o los resultados como medida de motivación.

. Faltan líderes, por todas partes. Personas fuerza, capaces de ilusionar y sacar lo mejor de los que les rodean. Hay gestores, managers, directivos, ejecutivos, responsables…blablabla, pero vamos escasos de líderes.

. Falta El Proyecto. En mayúsculas. La misión, el proyecto común, la idea que cohesiona, el slogan. No sirven frases como “La administración pública debe mejorar su relación con el ciudadano”, eso es muy vago, abstracto. Es difícil identificarse a nivel personal, local. Cada equipo, cada organización, debería crear un Proyecto ilusionante, creíble, concreto, medible y viable….y luego explicarlo bien.

Es verdad que en todas las organizaciones públicas y privadas hay personas que hacen “que las cosas pasen”, por aquí hay muchos grandes ejemplos, pero como colectivo general, debemos encontrar los resortes movilizadores. Las personas no se motivan porque se lo pidas, ni porque se lo exijas, incluso (mucho menos) porque les obligues. Aún en el caso en que “obedezcan”, puedes olvidarte de niveles de excelencia y de aportación de valor real. Y nadie va a “comprar” un proyecto porque le presentes un fantástico Powerpoint (ni siquiera un Keynotes), y nadie va a mover un dedo si no entiende por qué y si no obtiene una recompensa (de cualquier tipo) a cambio.

La movilización profesional (factor crítico de éxito de los modelos de Open Government) requiere sensibilidad, liderazgo y darle un par de vueltas, o doscientas, a qué esperan y necesitan las personas y a cómo es el entorno que se lo está impidiendo.

sábado, 17 de mayo de 2008

Gestión de Proyectos: El Plan

Al cliente le ha gustado tu idea y ahora te pide el Plan de proyecto y la correspondiente oferta económica. Así que cierras los ojos e intentas imaginar lo que vas a hacer durante un año para convertir en realidad, los sueños que has compartido con el cliente.

Automáticamente, nos lanzamos a elaborar un cronograma, a desarrollar una planificación. Pero, consciente de que abuso del lenguaje, creo que tener una Planificación no es lo mismo que tener Un Plan.

Lo segundo es esencial, lo primero cada vez me cuesta más verle la utilidad. En un entorno empresarial en constante cambio, es difícil asegurar que las variables de contexto del proyecto permanecerán inalterables, para que las premisas sobre las que se basó la planificación, se puedan mantener.

Me atrevo a decir que se puede sobrevivir sin una planificación, pero moriremos en el intento si no tenemos Un plan.

Es cierto que generalmente el cliente está esperando un “Project” (o similar), pero también es cierto que en muy contadas ocasiones, mostrará interés intelectual por él; y que su función es más una cuestión de confianza en nuestras habilidades metodológicas, que en una garantía mutua de que el proyecto discurrirá exactamente como lo hemos dibujado.

No sé si todos los proyectos son iguales , pero la experiencia me dice que (casi) todos “fallan”. Leía en el Quilombo Digital , esta semana las palabras de Ricardo Vargas (miembro de la junta directiva del PMI):

"Las fuerzas de la entropía reinante en nuestra realidad cotidiana hacen que, si no se interpone ningún medio para que las cosas sucedan de acuerdo a lo planificado, los proyectos terminarán en fracaso"

Y creo que buena parte del fracaso radica en convertir a los jefes de proyecto en burócratas neurotizados, gestores de la vigencia del “Project”, obsesionados por intentar adaptar continuamente la planificación a la realidad cambiante e imprevisible, y no al revés (como pensamos que ocurriría).

No hay foto que aguante la realidad, y en este observar la realidad y observar el Project, y modificarlo, y observar la realidad y volver a generar otra versión del Project, y observar y modificar… hace que tengamos una planificación impoluta y que podamos, satisfechos de nuestra capacidad gestora, presentarla en el comité de dirección del proyecto, pero lo cierto es que esta dinámica absurda, nos consume el tiempo, la inteligencia y la capacidad de convertirnos en verdaderos estrategas del proyecto con capacidad de prever, de reaccionar, de re-inventar, de adaptar, de resolver.

Así que me atrevo a imaginar y compartir algunos elementos ineludibles en todo buen Plan:

  • Objetivos de negocio del Cliente (Para qué quiere exactamente ese proyecto?. No siempre es lo que parece). La misión debe estar grabada a fuego en el espíritu del equipo y cualquier actividad debe ser diseñada como respuesta a esos objetivos. Durante la fase de ejecución la principal actividad del Jefe de proyecto será la gestión de expectativas, así que debemos conocer todo lo que las va a condicionar.
  • Tener claras las fechas clave del cliente (fechas relacionadas con la comunicación del proyecto a su entorno, con imperativos de negocio para disponer de entregas parciales….) Esos son los hitos del proyecto. A partir de ahí, construyamos subproyectos alrededor de esos hitos, para garantizar las entregas.
  • Abordar el proyecto con un enfoque estratégico y ÚNICO. Tendemos a lanzarnos sobre aspectos operativos, replicando esquemas de proyectos similares y no nos paramos a pensar cual es la mejor forma de diseñar la "misión" que tenemos entre manos.
  • Conocimiento exhaustivo del entorno en el que nos movemos. Si el proyecto consistiera en atracar un banco, nadie se extrañaría por dedicar meses a conocer exhaustivamente cada entrada, cada pasillo, los sistemas de seguridad, los turnos, la disposición del mobiliario, las distintas salidas, las aptitudes y actitudes de cada uno de los componentes de nuestra banda…etc. Nunca he atracado un banco, pero reconozco que suelo “entrar” a los proyectos sin dedicarle nunca el suficiente tiempo a conocer las variables de entorno.
  • Saber con quien contamos y qué nivel de compromiso, dedicación y flexibilidad puede ofrecernos.  Una vez en un proyecto perdimos a una persona clave (se fue de la empresa), en pocas semanas teníamos que entregar un prototipo al cliente así que empecé a entrevistar a aspirantes a héroe. Uno de ellos cumplía sobradamente los requisitos técnicos, pero necesitábamos algo más que sus conocimientos, así que le pregunté “Eric, que podría pasar para que no entregáramos el prototipo en x semanas?. Que me muera, contestó”. Casi muere, pero entregamos a tiempo. Saber con quien contamos, no sólo como ejecutores, también como defensores, promotores, solucionadores (todo proyecto necesita al menos un “señor lobo”) es clave.

Y al final, nada de lo dicho aquí, además de incompleto, garantiza nada, así que hay que tener un Plan B, un Plan C, un plan D…El tiempo para diseñarlos se puede extraer del que nos hemos “ahorrado” en diseñar un único, inviable y exhaustivo Plan A.

Os dejo un par de vídeos de Oceans Eleven, un Buen Plan.

Suerte.

 

viernes, 16 de mayo de 2008

Amor Líquido

Hace días que estoy leyendo el libro “Amor Líquido” de Sygmunt Bauman 

En su anterior ensayo “Tiempos Líquidos” Bauman hace un recorrido por las causas que nos han llevado a transitar desde una sociedad sólida –estable, repetitiva- a un “tiempo líquido” –flexible, voluble- y va desplegando un análisis de causa-efecto desde diferentes perspectivas (socio-demográficas, económicas, políticas, culturales)

Con el sugerente título “Amor líquido”, habla de la fragilidad de las relaciones humanas, entre ellas cómo no, el amor. Unas relaciones cada vez más condicionadas por el miedo a los vínculos estables, más allá de las meras conexiones; y valoradas en términos de coste-beneficio, en un mundo donde la “individualización” hace que las relaciones estén sujetas a intereses “económicos” (en el sentido más amplio del concepto) y no a compromisos estables basados en el afecto imperecedero, en el pasado compartido y en el futuro como proyecto común.

Bauman en el prólogo ya nos anuncia: “El habitante de nuestra moderna sociedad líquida, debe amarrar los lazos que prefiera usar como eslabón para ligarse con el resto del mundo humano, basándose exclusivamente en su propio esfuerzo  con la ayuda de sus propias habilidades y de su propia persistencia. Suelto, debe conectarse…Sin embargo, ninguna clase de conexión que pueda llenar el vacío dejado por los antiguos vínculos ausentes tiene garantía de duración. De todos modos, esa conexión no debe estar bien anudada, para que sea posible desatarla rápidamente cuando las condiciones cambien…algo que en la modernidad líquida seguramente ocurrirá una u otra vez

Somos víctimas de nuestros miedos, eso no es una novedad. Pero cuando esos miedos afectan de forma tan determinante a nuestra forma de relacionarnos con los demás, a nuestra capacidad de amar, a la valentía de reconocerlo (íntima y públicamente), al valor que le damos a los vínculos, a la lealtad y al compromiso…cuando la huída hacia delante es tan desesperadamente ciega, estamos dinamitando posiblemente, uno de los pocos refugios que nos quedan al ser humano.

En otro momento del prólogo describe a hombres y mujeres “desesperados  al sentirse fácilmente descartables y abandonados a sus propios recursos, siempre ávidos de la seguridad de la unión y de una mano servicial con la que puedan contar en los malos momentos, es decir, desesperados por relacionarse. Sin embargo, desconfían todo el tiempo del estar relacionados, y particularmente de estar relacionados para siempre, por no hablar de eternamente, porque temen que ese estado pueda convertirse en una carga y ocasionar tensiones que no se sienten capaces ni deseosos de soportar,  que pueden limitar la libertad que necesitan –sí, usted lo ha adivinado- para relacionarse…

Os recomiendo el libro. Ayuda a entender el miedo tanto a las relaciones como a las soledades, en ese pulso al que todos estamos de alguna forma, condenados.

jueves, 15 de mayo de 2008

El Lago de los Cisnes

Ayer noche fui al teatro al ver El Lago de los Cisnes, por el Ballet nacional de Cuba.
Sencillamente mágico. Una de esas noches, que sabes que recordarás siempre.
Fui con Julia, y la emoción ya la compartimos desde el principio, alagándonos mutuamente en casa, por lo guapas que nos habíamos puesto, para tan señalada ocasión. Con ella, todo adquiere una relevancia trascendental. Cualquier situación se convierte en un acontecimiento y cualquier gesto en una ceremonia.

Así que con esa expresión grave de quien parece que esté haciendo historia a cada paso que da, me cogió del brazo y subimos a nuestro carruaje camino del teatro Tívoli.

Llegamos con tiempo de tomar un café, pero los bares de alrededor estaban repletos, así que decidimos entrar al teatro y esperar en la cafetería, el inicio de la función. Caminamos por la alfombra roja que da paso al hall, cogidas del brazo. Yo lo hacía para asegurar su estabilidad, ella, orgullosa, para que yo no me perdiera entre tanta gente.

Sentadas frente a una mesa, de esas antiguas, de mármol blanca con las patas de hierro forjado, me contó muchas cosas de su pasado que no conocía. La vida de mi abuela, es un pozo sin fondo. De vez en cuando, descansaba para tomar, a pequeños sorbos, un café solo que se estaba permitiendo, en un alarde de libertad y rebeldía. “un día es un día” me dijo, cómplice y traviesa, al ver mi cara de asombro.

Es verdad, “un día es un día”, y ese iba a acabar muy bien. Nos dirigimos casi a oscuras al palco 12 y allí, nos sentamos en nuestras butacas, todo sin parar de hablar y sin dejar de sorprendernos por cualquier detalle. Mantener la capacidad de emocionarse con casi 96 años, es una virtud que me gustaría heredar. De momento, mientras ella esté con nosotros, aprovecho para aprender.

Unos aplausos prematuros, nos interrumpieron, y entonces la vimos. Al otro lado de Platea, en un palco frente a nosotras, apareció Alicia Alonso, la mítica directora y coreógrafa del Ballet de Cuba, una de la mejores compañías de baile del mundo. Con su habitual pañuelo en la cabeza y una expresión entre digna y frágil, hizo un gesto de agradecimiento, se sentó y el espectáculo dio comienzo.

Las luces se apagaron y la música de Tchaikovski invadió la sala, potente, anunciando el talento de los que la iban a interpretar.
Talento a raudales, de principio a fin, sin un segundo de descanso para los sentidos.
Quizás lo que hace tan especial a esta compañía es la combinación entre una rigurosa y exigente técnica y una pasión, una expresividad, una sensualidad…inherente a su cultura, que difícilmente puede encontrarse en otros equipos.

En el segundo acto, el encuentro entre Odette y Siegfried fue mágico. Odette no bailaba, flotaba. Sus brazos parecían no tener fin en un aleteo increíble. Flotaba, como una pluma suspendida en el aire. No se notaban ni el esfuerzo, ni la técnica, ni la concentración. Sólo una interpretación perfecta de la fragilidad y la elegancia del cisne. Con algunas notas agudas de los violines, y tanta pasión concentrada, podía pensarse que el teatro iba a estallar en mil pedazos. Miré a mi abuela. Estaba emocionada, pero estaba triste. Tanta belleza puede doler.

Después de aquello el público se entregó a cada danza, a cada episodio. Aplaudiendo enfurecido cada pirueta, cada exhibición de puro arte.
Al cierre, los gritos alababan a los bailarines, pero también liberaban la tensión colectiva, mantenida durante más de dos horas.

Salimos, orgullosas, satisfechas y excitadas. Ya no hablábamos tanto. Supongo que no valía la pena. Que las palabras no alcanzan a explicar aquello que sólo se puede sentir.

Sé que le gustó, me daba las gracias en el taxi de vuelta. Yo se las devolvía, no habría sido lo mismo sin ella. Y nos quedan tantas cosas por hacer!!.

Creo que el ballet se va ahora a Madrid.
Madrid, no os le perdáis.

lunes, 12 de mayo de 2008

100.000 menos

Via Julen descubro una iniciativa de Amnistía Internacional para intentar asegurar que llega la ayuda humanitaria a Birmania.

En su post, Julen referencia también un proyecto llamado Por Birmania , que pretende ayudar a la economía de la región a través del turismo.

Como Javier Vizcaino, yo también siento “impotencia intelectual por no poder imaginar lo que son 100.000 muertos", así que he hecho un simple ejercicio de búsqueda y ahí van algunas referencias que comparto con vosotros, aunque sólo sea por no quedarme sola con tanta tristeza:


TODOS MUERTOS.

Lo que ha pasado y pasa en Birmania es genocidio. 

Movámonos!!, aunque sea, desde nuestras cómodas butacas.

domingo, 11 de mayo de 2008

Dardos blogosféricos

Esta semana Mkl me daba con un dardo cargado de generosidad y reconocimiento a mis primeros pinitos en la blogosfera. Se lo agradezco mucho porque aunque he dicho, quizás demasiadas veces, que escribo para mi misma, no deja de ser cierto que es en la mirada de los demás, donde toma sentido la expresión hablada, escrita, artística… y viniendo de él, que para mi, tiene una de las plazas más bellas del barrio, pues es un honor.

El juego me invita a mi a señalar a otros con los dardos simbólicos del agradecimiento y consideración:

El primero, porque así fue el orden en los orígenes de esta historia, es para Governance. Javier Llinares, me inyectó la curiosidad por muchas cosas, y entre ellas, este mundo de conversaciones virtuales que es la blogosfera. Durante un tiempo utilicé su espacio para comentar, jugar y conocer. Y meses más tarde, la noche en que daba de alta mi propio blog, recibí de él el primer comentario, aterrada y sorprendida, pues por accidente (sin saber el efecto que tenía), construí el blogroll, linké a mis “compañeros de viaje” y salté a escena de un empujón, cuando yo lo que pretendía era escribir “entre bastidores” un tiempo. Deliciosas novatadas. Para él el primero.

El segundo es para Rodolfo Franco, que escribe Quilombo Digital, especializado en soluciones de movilidad. A Rodolfo lo conocí en el proyecto Madrid 2010 de Tsystems. Y de él aprendí que la cultura “hacker” y los valores 2.0, tienen que ver con las actitudes más que con los bytes. Su blog refleja su espíritu: apasionado, colaborador, generoso, idealista. Un abrazo, amigo.

La siguiente mención es para el tandem Iñaki y Alorza, con ellos he ido sumergiéndome en el mundo de la Administración Pública, sus entresijos, sus necesidades, sus retos. Su entusiasmo y compromiso con una Administración, más abierta, innovadora y social, me han ayudado a romper esquemas de la visión que desde lejos se tiene de los funcionarios y agentes públicos, y me sentí desde el principio, acogida con cariño en un mundo hasta entonces desconocido para mi. Gracias chicos.

Y por último, aunque esto no se acaba, porque dónde empieza un blog y donde acaban los demás.? Esto es como una tela de araña donde todo está relacionado, y todos construímos pensamiento colectivo sin liderazgos estridentes ni segmentos claros de propiedad intelectual. Bueno, pues el dardo final para Senior Manager, porque en su blog  puedo indentificarme con los claroscuros de las grandes corporaciones, donde he pasado tantos años de mi vida profesional. Coincido con él en sus enfoques y preocupaciones y fue al primer blogger que “desvirtualicé” hace poco en una conferencia. Un placer Senior.

Y en general a todas las personas abiertas, apasionadas, sensibles y comprometidas con una nueva forma de hacer las cosas, de crecer juntos y de colaborar con los demás….algunos aún no escriben en un blog y les estoy esperando ansiosa, para ellos (lo saben) un dardo incitador. 

Marinta

Ayer volví a salir de juerga (David de nuevo). Habíamos quedado para cenar, y pensé que lo haríamos solos y que tendríamos un poco de intimidad para recuperar tanto tiempo de ausencia . Más de 18 años sin saber nada el uno del otro, hasta que nos encontramos hace unos meses, en una fiesta de exalumnos del instituto.

Pero al llegar al restaurante me costó encontrarle, pues no enfocaba la mirada en las mesas con parejas. A la tercera vuelta visual, le identifiqué sentado en un rincón frente a una mujer guapísima.

Me acerqué insegura a la mesa, sin saber muy bien cómo reaccionar, a qué lado sentarme, qué decir…

La complicidad entre ellos era evidente y reconozco que en algunos momento me sentí incómoda, como si aquello fuera una broma o un juego que nadie me había explicado.

Pero Marinta me fue conquistando a medida que pasaba la noche y hoy, sus palabras aún resuenan en mi dolorida cabeza.

Hablamos sobre la vida, el amor, la pareja, la muerte, la conciencia, el dolor …. Marinta me observaba con sus ojos felinos y escuchaba con atención mis historias. Indagaba curiosa en mi pasado sentimental (especialmente el relacionado con David) y se reconocía en mis palabras, como si hubiéramos transitado por caminos parecidos. Poco a poco, fue desplegando su alma sobre el mantel, a ratos frágil a ratos fuerte,  su expresión iba cambiando sin control ni protocolo, a veces me parecía una niña indefensa y otras una “femme fatale” seductora, salvaje, brillante.

En su expresión y en su mirada están las marcas de una vida intensa y difícil, la que viven aquellas personas que no cogen atajos, que no se engañan y que pagan un precio alto por ello, pero que a cambio, duermen tranquilas y saben que morirán con una sonrisa de satisfacción, coherencia y valentía.

Recordamos juntas el libro de Coelho “La bruja de Portobello” cuando decidimos ir a bailar. Sí, Marinta  es ella…una de las Athena más auténticas que he conocido.

Camino de la Plaza Real me confesó que está cambiando, pero que no le asusta y que hay dos palabras que definen ese camino: Conciencia (espiritual) y Reconciliación (con ella misma, con el mundo) 

Suerte Marinta.

Voluntarios en red

Hace días que quiero contribuir  a la difusión de microvoluntarios . Lo he visto en distintos blogs y me parece de aquellas iniciativas conciliadoras entre lo digital y lo social. Para qué si no iba a servir tanta tecnología?.

La revolución digital, pero especialmente el acceso a Internet y la forma en que las personas estamos viviendo en ella, devuelve un poco la sensación (perdida para más de una generación) de estar en un pueblo donde todo el mundo se conoce (o puede hacerlo) y se ayuda (si quiere hacerlo).

Mi madre es de un pequeño pueblo al norte de Burgos, Incinillas. No llegarán a 50 habitantes y hasta hace muy poco la Televisión era ciencia-ficción. Allí, y en lugares similares, las destrezas se complementan, los recursos se comparten, y el trueque (de productos y servicios –qué inoportunamente capitalista suena esto-) es la base de una microsociedad donde siempre han dependido unos de otros y dónde, casi por instinto, han aprendido que juntos son más fuertes.

Yo creo que a niveles más globales es lo mismo. Seguimos dependiendo los unos de los otros, a nivel familiar, regional, nacional, planetario…Seguimos necesitándonos, por más que la exaltación del individualismo, el consumismo y el bienestar mal entendido, nos hagan pensar lo contrario.

Ahora es difícil que alguien llame a tu puerta para ofrecerte una docena de huevos frescos, pero la red vuelve a ofrecer la posibilidad de conectar necesidades y voluntariedades.

También estos días en el blog de Nacho Campos, un post titulado Tecnología móvil para el cambio social, nos muestra como la tecnología puede contribuir a mejorar las condiciones de vida en países y situaciones precarios. 

Nos habla de una ong ONG llamada Telecoms Sans Frontieres encargada de poner en marcha servicios de comunicaciones en caso de emergencia o desastre en zonas del planeta pobres y sin recursos. Me impactó leerlo.

Y para finalizar, y seguramente lo que me ha “obligado” a escribir ya este texto, una noticia ayer en LaVanguardia, sobre una iniciativa del Instituto Jane Goodall que impulsa rutas por África en las que el viajero se convierte en un reportero implicado en la conservación de la cultura y el habitat que visita.

El programa se llama Ecoviajeros:

cada ruta es un proyecto de mejora socioeconómica y ambiental en sí misma y se invita al turista a que participe en algún tipo de “misión…Queremos que asuman el proyecto y que a la vuelta cuenten lo que han aprendido a troas personas…De hecho, antes de partir, el viajero deberá seguir un curso de formación básica sobre el destino y de sensibilización sobre la importancia de preservar su riqueza natural y cultural”.

Les deseo toda la suerte del mundo a estas y otras iniciativas similares. 

Necesitamos "locos" como ellos.

viernes, 9 de mayo de 2008

Tócala otra vez Sam

Hay pocas sensaciones parecidas a la de sorprender (gratamente) a un cliente. Ellos son nuestra razón de ser, en nuestra dimensión profesional. Por ellos nos cultivamos, nos preparamos, estudiamos, leemos, pensamos, imaginamos proyectos…son el público de una puesta en escena que ensayamos y afinamos una y otra vez, hasta que nos sentimos satisfechos.
A veces, desafinamos, y otras la música suena bien, pero tocamos una pieza de jazz cuando el cliente espera escuchar una ópera. Y a veces, acertamos. Nos hemos preparado a conciencia y al cliente le suena todo a música celestial. Esos momentos, en mi opinión, no tienen precio.

Claro que luego hay que ponerle precio, y asegurar una rentabilidad, y negociar un contrato, pero eso es ya otro arte. Hoy, me quedo con la magia de un encuentro entre una necesidad y una solución, entre alguien que tiene un problema, un inquietud, un reto, y alguien que ha pensado en como ayudarle.

He compartido la experiencia con dos consultores (los dos maestros artesanos, en cuyas sonrisas y gestos he visto reflejados mis tics de consultora “industrial”) y creo, que lo que ha pasado hoy en el cliente, es el fruto del compromiso, la pasión, la honestidad, y el “gozo intelectual” con el que hemos trabajado durante semanas. Para mi, eso ya era un éxito, en el que hoy hemos incorporado (como invitado a una fiesta) al cliente.

Un verdadero placer.
Seguimos…

jueves, 8 de mayo de 2008

Profesionalizar la Pasión

Buscaba la versión digital de un artículo de Fernando Trias de Bes que leí este domingo en el País, trataba de la desmitificación del fracaso y del aprendizaje inherente a los errores.

...Pero buscando el artúculo, me he encontrado (ella me ha encontrado a mi?) esta joya, publicada en noviembre de 2007 “El mejor emprendedor es el que consigue profesionalizar su pasión”.

Sin decirlo explícitamente, hace referencia a esa voz que nos dice si vamos bien. 

Más allá del éxito o el fracaso (siempre circunstanciales y temporales), más allá de los consejos que recibamos, de lo que diga la lógica o los manuales, la mejor (quizá la única) forma de saber si hacemos lo que debemos, es nuestro estado de ánimo, nuestra voz interior, nuestras sensaciones más básicas.

“…el mejor indicador para saber si eres correspondiente con la función que estás desempeñando es lo que sientes y experimentas en tu interior. Si eres feliz y estás alegre es que estás haciendo lo que debes en el lugar y momento oportunos

Me ha llamado también la atención, su receta para identificar a un “falso emprendedor”…aquel que tiene "un motivo, pero sin motivación".

Y es verdad que cuando hay más motivación que motivos, todo encaja, los resultados llegan, todo fluye, sin obsesiones ni estridencias. A veces nos empeñamos tanto en conseguir algo (por algún motivo) que olvidamos que si, sencillamente, hiciéramos aquello que nos pide el cuerpo,  “aquello que nace del interior del ser humano”, lo tendríamos todo.

domingo, 4 de mayo de 2008

Comunicación

Se ha pensado, hablado y escrito tanto sobre Comunicación y sus beneficios en la gestión y el liderazgo, que cuando uno se enfrenta a un proyecto de consultoría para ayudar a una organización a optimizar sus procesos comunicativos, básicamente el ejercicio se convierte en la administración de la ingente cantidad de información disponible y a la mera elaboración de síntesis –aplicada eso sí, al caso concreto- de toda la sabiduría colectiva al respecto de estas materias.

Pasearse por la ineludible ya, aplicación de las TIC a la comunicación empresarial, no aporta tampoco espacio a la creatividad, porque aunque nunca está todo dicho, sí parece que casi todo está enunciado.

Las organizaciones, públicas o privadas, los partidos, las instituciones académicas, los grupos de investigación, las comunidades o cualquier otro tipo de asociación que se organiza bajo una misión (a priori) común, comparten un proyecto. Les une el desarrollo más o menos organizado de unas tareas que les conducirán, de la mano de un líder o gestor (no es lo mismo, pero no quiero enredar este texto con las diferencias), a la obtención de sus objetivos y a dar sentido a su razón de ser como colectivo.

He dedicado buena parte de mi vida profesional a dirigir proyectos, equipos de personas, que durante un periodo de tiempo, debían compartir responsabilidades, anhelos, habilidades, miedos, carencias, tiempo, relaciones… y he comprobado muchas veces, como un buen o mal uso de la comunicación era determinante para el éxito del proyecto, más –me atrevo a decir- que cualquier otra herramienta de dirección que podamos encontrar en los también numerosos manuales y metodologías del buen management.

Así que fruto de esa experiencia, he intentado extrapolar éxitos y aprendizajes, propios y ajenos, en torno a cómo la comunicación ha influenciado en la operativa interna y el desempeño de las actividades, en la cultura del equipo, y el la imagen que esta daba al exterior; para ayudarme a organizar algunas ideas y contribuir con una discreta aportación, fruto de la experiencia propia.

1. Mantén una coherencia entre lo que dices y lo que haces. Un mensaje es fácil de “comprar” pero una actitud es personal e intransferible. Sé honesto con tu estilo de gestión y no transmitas aquello en lo que no crees.

2. No establezcas jerarquías en la difusión (la tan usada cadena de mando informativa) ni en los contenidos de los mensajes (visibilidad directamente proporcional al cargo). Si el objetivo es común, las herramientas para alcanzarlo también han de serlo. Salvo que trabajes en Cabo Cañaveral o en los Servicios de inteligencia, el daño que puede ocasionar la apertura de la información, tiene más que ver con la reivindicación de un status de poder de los gestores de la misma, que con prevenciones razonables. 

3. No manipules. La comunicación está al servicio del proyecto y de los objetivos comunes, no para capitalizar en beneficio propio, la energía y comportamientos del equipo.

4. Favorece la comunicación en red. No podemos (ni lo conseguiríamos) apropiarnos, del control de la información en el grupo. Es responsabilidad del líder  saber articular la red de relaciones en el equipo y favorecer las conexiones entre las personas, para que estas encuentren espacios donde autogestionar la información. Se pierde control, pero se gana eficacia.

5. Leía de nuevo estos días, en el libro “Manual del uso del blog en la Empresa” de Alorza, una de las líneas más bonitas del manifiesto Cluetrain: “Las conversaciones entre seres humanos suenan humanas. Se producen con una voz humana”. Habla con las personas como si fueran personas: sin prepotencia, sin giros artificiales del lenguaje, sin tecnicismos, sin barreras jerárquicas, con respecto (es obvio, pero hay formas tan sutiles de no hacerlo!), con empatía.

6. Escucha. No hay comunicación sin escucha, previa y posterior. Puede que la visión global la tengas tú, que sea tuya la responsabilidad del proyecto, que tengas que marcar la estrategia a cada paso, pero lo que dicen los demás, cada una de las piezas esenciales del engranaje del proyecto, es de vital importancia y merece la misma consideración que tu esperas de ellos.

7. Utiliza las formas y los canales más afines al contexto social y cultural en el que te encuentres. He trabajado en lugares muy diferentes y hay sitios donde una conversación carece de relevancia si no se hace en un despacho y otros, donde la única forma de resolver un conflicto es en el bar, delante de unas cervezas, o un café, o unos churros.

8. Se valiente. Las personas no nos asustamos fácilmente si nos encontramos en un clima de confianza, respecto y soporte mutuos. Los proyectos son carreras de obstáculos, hay riesgos que minimizar y problemas que resolver, hay momentos de crisis y de incertidumbre y es mejor, en mi opinión, en esos casos, compartir la información de que disponemos y las alternativas que manejamos. Desde luego no hay recetas mágicas y depende de cada entorno, pero ante la falta de comunicación, las personas gestionamos la incertidumbre a base de ruido, rumores y distorsiones.

9. Si la comunicación no es directa y personal, asegúrate de que el mensaje ha llegado y se ha interpretado como pretendías. Enviar un mail masivo o publicar algo en la intranet, no es comunicación. Y si crees que tienes feedback porque habilitas una encuesta electrónica, es que necesitas leer muchas listas como esta.

10. No renuncies nunca al sentido del humor ;-)