jueves, 13 de marzo de 2008

Hacer que las cosas pasen

Hace unos días, el ponente que desarrolló magistralmente una sesión sobre "liderazgo en tiempos líquidos", me acercó amablemente a mi casa en su coche (el mío era uno de esos "cacharritos" de empresa que entregas al salir del entorno "protegido". Dramatizo, en realidad devolví el coche de empresa hace meses. porque no me aportaba valor añadido).

Nos dio tiempo a charlar un poco sobre proyectos pasados y futuros, a reflexionar sobre cómo está el mundo, a conocernos un poquito y a intercambiar píldoras de conocimiento (yo salí ganando).

Al preguntarle "Pero tú, exactamente, qué haces?", él me respondió : "Hago que las cosas pasen". Bromeamos sobre la descripción, tan presuntuosa como abstracta, pero en realidad, me parece una de las definiciones más acertadas (ahora que andamos cuestionando definiciones ;-) de un Consultor.

Conseguir que las cosas pasen, requiere toneladas de energía positiva y de inteligencia y una buena dosis de temeridad (idealismo?). Requiere no tener atincuerpos inhibidores de la capacidad de soñar(como lo explican muy bien Mikel i Marcet). Primero hay que saber qué cosas tienen que pasar, en la organización que está confiando en nosotros, en su entorno, en su genética social, en el alma de sus personas. Luego, depende de lo que se trate, buscaremos a los especialistas en cada ámbito (directores de proyecto, gurus dela comunicación, gestores del cambio, ingenieros de procesos, tecnólogos, docentes...) y montaremos la red, formaremos la banda, y nos aseguraremos, de que las cosas pasen, de que las proyecciones se conviertan en acciones, de que los sueños se transformen en realiades, de que el mundo que nos encontramos sea diferente al que dejaremos al irnos (preferiblemente mejor!)

Muchas veces, uno no sabe muy bien qué ha hecho, su condiciónde generalista hace que no haya nada tangible, ni siquiera acotado aunque efímero, al que atribuirle el sentimiento de propiedad y de logro, pero está claro que hay personas sin las cuales, las cosas, sencillamente, no pasan. Virgili, estoy segura, es una de ellas.

Gracias por el trayecto!.

4 comentarios:

Maria Elena dijo...

Qué fácil y qué dificil, para hacer que las cosas pasen, hay que tener voluntad y un claro objetivo de los por qués y las causas finales que perseguimos. Ojo con caer en el voluntarismo de hacer por hacer para justificarnos a nosotros mismos que nos estamos moviendo cuando realmente nos encontramos en un entorno que no siempre nos muestra con claridad hacia donde debemos caminar.

Anónimo dijo...

"Hacer que las cosas pasen". Me gusta.

Yoriento.com dijo...

Odilas and friends,

siguiendo con esa idea de definir mejor y más operativamente conceptos, factores y objetivos que nos interesan, creo que el matiz importante es observar qué pasó antes, durante y después de que las cosas pasaran en otras ocasiones.

Seguramente sabiendo qué hicimos cuando conseguimos hacer que las cosas pasaran, tendremos más posibilidades de hacer que las cosas vuelvan a pasar¡ :-)

Se nota que es tarde ya, no?

Odilas dijo...

Interesante lo de hacer por hacer, para justificarnos a nosotros mismos. Yo personalmente siento pánico al reposo (intento curarme!) y desde que tengo uso de razón estoy corriendo, como la estatua de bronce que tengo delante.

Gracias Iñaki.

Yoriento, me leí un par de veces tu frase antes de entenderla. Era aún más tarde ;-)