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Este blog ya es una especie de diario profesional (y personal, claro) así que de alguna forma he ido relatando el año, por vocación literaria; por sentirme acompañada en las historias fascinantes, pero también en las dudas y en las tristezas; por promoción y proyección de una actividad que de otra forma quedaría restringida a un ámbito mucho más limitado de clientes y colaboradores directos; y por ayudar, inspirar, sugerir, encender a/en otros, ideas que les puedan ser útiles en una búsqueda, siempre personal, de lo que cada uno ha venido a hacer aquí.
Esto último puede parecer pretencioso “Quien soy yo para…” que solemos decir en algunas tertulias. Pues nadie, no soy nadie, ni pretendo servir de ejemplo, ni levantar banderas, ni aconsejar en vano, pero que queréis que os diga, cuando alguien me dice, que lo que escribo le hace pensar o le ayuda a imaginarse una situación profesional mejor, o que ha tenido una idea sobre algo aquí expuesto, o que no está de acuerdo con lo que he dicho…cuando pasan esas cosas, pues una piensa que vale la pena seguir contando chismes.
Ha sido un año tremendo. Sin apenas espacios entre un proyecto y otro, sin tiempo para procesar la experiencia, para reflexionar sobre (casi) nada, sin dar (con independencia del grado de satisfacción de los clientes) la calidad que yo quería. Fue como subirme a un caballo salvaje y cabalgar de forma desbocada durante 12 meses. Sin caerme, pero sin control. Si tengo algún propósito para el nuevo año es convertirme en una amazona elegante y serena con algo más de conciencia sobre los caminos que decide transitar.
Estos días eran los esperados para la reflexión y las conclusiones, pero el formato no ha sido el encierro y el pensamiento solitario, si no más bien conversaciones imprevistas, informales, relajadas; preguntas sobre las que he improvisado respuestas; propuestas que conducían a un diálogo sobre todo lo que aquí expongo. Un puzle de experiencias e ideas que tenían ganas de tomar forma de relato y que quizás sirvan a otros en sus planes presentes y futuros.
Lo primero que hice fue conceptualizar mi propio proyecto profesional. Necesitaba un discurso que me explicara, una historia que contar, un esquema que ayudara a clientes y colaboradores a entender cómo podíamos ayudarnos, qué podía ofrecerles, cómo colaborar, qué sé hacer, qué puedo aprender a hacer, qué me interesa, por qué…. Está escrito en prural, como si fuésemos muchos, como una premonición de que sola no haría nada, o nada interesante. Compartí el documento con algunos amigos, colegas, futuros clientes, lo colgué en la red y sinceramente, no lo usé jamás (en formato presentación comercial), pero a mi me sirvió para ordenar el mundo. Mi mundo.
Algo importante (esencial) es decidir con quién vas. Buscar cómplices, compañeros de viajes, socios, identificar quien son tus perfiles complementarios, de quién aprendes, a quién ayudas, y cual es la forma de vincularte a esas personas. Según lo que quieras hacer podrás ir en solitario, o necesitarás organizar equipos.
Yo imagino proyectos, y necesariamente ese modelo necesita equipos.
Y según como entiendas esto de las relaciones profesionales, irás de “freelance”, crearás una sociedad, o te irá aquello de las Empresas a lo Hollywood
Cuando se trata de trabajar con el conocimiento como materia prima, yo entiendo mejor las redes que las empresas. Redes de colaboración creadas para aportar valor, aunar esfuerzos y pasarlo bien. Tenía un sueño
Cuando empecé hace un año, pensaba que conocía a mucha gente. Así era, después de 20 años de profesión(no es que sea muy mayor es que empecé escandalosamente joven). Pero nada comparable con la explosión viral que he vivido este año. Creo que hay análisis sobre aquello de cuantas relaciones somos capaces de manejar los seres humanos. No recuerdo ni me importa mucho la verdad, sólo resaltar como un elemento clave de este año la cantidad y diversidad de personas que me he encontrado por el camino, para mi sorpresa y placer.
Me gustó conocer a la gente Alius Modus a dónde llegué gracias a Virgili Delgado al que siempre agradeceré sus sabios consejos al inicio de todo y contínuamente.
Elena Sanz fue clave para facilitar un encuentro que dio como fruto uno de los proyectos que más estabilidad económica y satisfacción intelectual me han dado este año : El plan estratégico de gestión del conocimiento de AGBAR.
Con Marc, Gemma, Ricard y Javi nos embarcamos en aventuras trasatlánticas. Con ellos fundamos NuestraCausa y organizamos, junto con
otros que se unieron a la banda, la conferencia Personal Democracy Forum en Europa.
En primavera, un grupo de Artesanos nos fuimos a Segovia a ver que forma tenía la tela de araña que tejía nuestros sueños. De ellos aprendo todos los días, algunos me ayudaron, más de lo que seguramente saben, a confiar en que esta andadura era viable. Ahí seguimos, condenadamente enredados ☺
Le agradezo a José Carlos Amo un curso que me pasó sobre Gestión de proyectos y que supuso mi primera factura. Os parecerá infantil, pero me pareció mágica la transformación directa en ingresos, de ideas, papeles y tiempo.
Una de las ideas para este año es mezclar el rigor de la materia de ese curso con otros que también han ido apareciendo sobre herramientas 2.0. Creo que es un cruce prometedor.
HE trabajado con INCAVI de la mano de Gemma Urgell y en colaboración con Marc López, en la implantación de un ecosistema de comunidades de práctica para conseguir los objetivos implícitos en Debatdeví: El desarrollo del sector del vino en Cataluña, gracias a una gestión eficiente del conocimiento de los distintos agentes.
Las metodologías en la gestión de proyectos, las dinámicas del trabajo en comunidades y las herramientas colaborativas, me han llevado también a colaborar con otros proyectos impulsados desde el Centre d’estudis jurídics de la Generalitat de Catalunya y la Dirección General de atenció ciutadana.
El otro día, alguien me preguntaba, pero cómo buscas a los clientes?. Me quedé pensando. No recordaba haberlo hecho de la forma deliberada y estratégica por la que me preguntaba. Supongo que nos hemos ido encontrando de la misma forma que lo hemos hecho las personas de las que he hablado anteriormente.
Obviamente, este espacio ha ayudado enormemente a la interacción necesaria para crear esas redes de fronteras difusas entre los que estamos a un lado y a otro de los contratos.
Y por último, y esto sí que tiene forma de consejo directo, cuando alguien me comenta que va a dejar la empresa y salir al mercado libre, le pregunto cuánto tiempo subsiste sin cobrar. Porque el idealismo y la ilusión se enfrentan enseguida a una realidad que se impone y es que necesitamos dinero para hacer frente a unos gastos que , aunque tenemos en general mucho margen para reducir, pueden asfixiar en forma de angustia, toda la creatividad y el entusiasmo que pongamos en el proyecto.
Supongo que esto es muy personal. Cada uno sabe lo que necesita y los recursos que tiene para conseguirlo, pero el tiempo que transcurre desde propones un servicio, se contrata, se ejecuta, se factura y vence la factura, debe estar cubierto, al menos al principio por un “colchón” más o menos confortable, en función de la tolerancia al riesgo de cada uno.
Yo no acabo de entender eso de que el hambre agudiza el ingenio. El hambre da dolor de estómago y para trabajar hay que estar sano, sereno y feliz.
Y hasta aquí esta crónica imposible de un año importante para mi. En el que he dado mucho pero he recibido muchísimo más, he aprendido de forma diabólica, he conocido ha personas geniales y me he conocido yo un poco más, he sufrido, he tenido miedo, me he emocionado, me he reído (muchísimo). Pero sobretodo tengo la sensación de que lo que hago tiene sentido, propósito y coherencia.
Gracias muy muy especiales a todos los que os pasáis regular o esporádicamente por aquí, con vuestros comentarios, formáis parte de una conversación imprescindible para seguir avanzando.
PD: y ya me perdonáis las excesivas autoreferncias del post…es que hablaba de mi ☺