El desarrollo de las tecnologías está propiciando un cambio cultural basado en la colaboración de las redes sociales y la gestión del conocimiento.
Y a la vez, estos nuevos paradigmas en la forma de relacionarnos están fomentando la continua evolución de aplicaciones y herramientas colaborativas
Estamos a las puertas de una profunda transformación en la forma en que las personas trabajamos, aprendemos, nos relacionamos entre nosotros e interactuamos con nuestro entorno.
Por otro lado, el mismo desarrollo tecnológico que está propiciando estos cambios culturales, es el que va a facilitar a las empresas plantearse el uso de herramientas que hasta hace muy poco o no existían, o estaban destinadas a su uso social, lúdico y restringido.
El impacto que la web 2.0 está teniendo en la sociedad y en la forma en que los individuos van a relacionarse con las organizaciones en las que trabajan, con los productos que consumen y con las empresas proveedoras de los servicios que utilizan, va transformar para siempre los modelos de negocio, tal y como las conocemos hoy en día.
La presión socio cultural será un motor de cambio para las actuales organizaciones:
Las nuevas generaciones de consumidores y empleados están desarrollando su modo de operar, de relacionarse con su entorno, su manera de aprender, trabajar, producir y consumir, basándose en una cultura 2.0. Esta generación está ya convirtiéndose en protagonistas activos de nuestra socidad y van a querer replicar en sus experiencias profesionales estos modelos adquiridos en su vida cotidiana, en sus casas, en la universidad.
Querrán participar activamente en el diseño de los productos y servicios que consumen.
No aceptarán (no lo hacen ni con sus progenitores!) modelos autoritarios de gestión.
No entenderán la obligada presencia física para una transacción (no lo hacen ni con sus amigos!) y descartarán por “Selección Cultural” (http://www.fundacion-cajarioja.es/index.php?id=179) cualquier organismo que no haya resuelto el choque cultural que todo esto provocará
Lo que hace tan sólo unos meses podía parecer una ventaja competitiva, empieza a ser un imperativo de supervivencia, y una lucha a vida o muerte contra la más letal de la obsolescencias: dar la espalda a los movimientos de transformación colectiva.
Y a la vez, estos nuevos paradigmas en la forma de relacionarnos están fomentando la continua evolución de aplicaciones y herramientas colaborativas
Estamos a las puertas de una profunda transformación en la forma en que las personas trabajamos, aprendemos, nos relacionamos entre nosotros e interactuamos con nuestro entorno.
Por otro lado, el mismo desarrollo tecnológico que está propiciando estos cambios culturales, es el que va a facilitar a las empresas plantearse el uso de herramientas que hasta hace muy poco o no existían, o estaban destinadas a su uso social, lúdico y restringido.
El impacto que la web 2.0 está teniendo en la sociedad y en la forma en que los individuos van a relacionarse con las organizaciones en las que trabajan, con los productos que consumen y con las empresas proveedoras de los servicios que utilizan, va transformar para siempre los modelos de negocio, tal y como las conocemos hoy en día.
La presión socio cultural será un motor de cambio para las actuales organizaciones:
Las nuevas generaciones de consumidores y empleados están desarrollando su modo de operar, de relacionarse con su entorno, su manera de aprender, trabajar, producir y consumir, basándose en una cultura 2.0. Esta generación está ya convirtiéndose en protagonistas activos de nuestra socidad y van a querer replicar en sus experiencias profesionales estos modelos adquiridos en su vida cotidiana, en sus casas, en la universidad.
Querrán participar activamente en el diseño de los productos y servicios que consumen.
No aceptarán (no lo hacen ni con sus progenitores!) modelos autoritarios de gestión.
No entenderán la obligada presencia física para una transacción (no lo hacen ni con sus amigos!) y descartarán por “Selección Cultural” (http://www.fundacion-cajarioja.es/index.php?id=179) cualquier organismo que no haya resuelto el choque cultural que todo esto provocará
Lo que hace tan sólo unos meses podía parecer una ventaja competitiva, empieza a ser un imperativo de supervivencia, y una lucha a vida o muerte contra la más letal de la obsolescencias: dar la espalda a los movimientos de transformación colectiva.
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