En un proyecto, tan importante como identificar al Cliente, es dar con el Jefe de proyecto.
Parece obvio, tenemos mucha literatura definiendo sus funciones y responsabilidades, pero la realidad es que identificarlo (al verdadero) puede costar semanas, o incluso meses. En el caso de un mecánico tornero oficial de primera debe ser más sencillo, pero la diferencia entre un jefe de proyecto, un director de proyecto, un service manager, un product manager, un team manager, un gerente de producción, un coordinador de servicios…no es ni obvia ni comúnmente aceptada (ni lo pretendamos!)
Un buen síntoma para saber que no lo hemos encontrado es que el proyecto no avanza. Lo tenemos todo de cara: buena disposición por todas las partes implicadas, conversaciones periódicas sobre lo que hay que hacer, acuerdos, sintonía, entusiasmo, recursos disponibles, clientes interesados…pero llega un momento en que nos sentimos atrapados en el tiempo (“bienvenidos al día de la marmota”), y nos agotamos en una cinta de correr, sin movernos del sitio. Es posible que entonces tengamos que preguntarnos ¿Quién es el jefe de proyecto?
Hoy en una reunión, nos hemos dado cuenta de que no lo sabíamos. Hemos avanzado.
¿Pero quien es el jefe de proyecto?. Siento repetirme, pero es aquel que hace que las cosas pasen. Es aquel que siente sobre sus espaldas la responsabilidad y la autoridad para movilizar a personas y recursos (QUIEN) para hacer algo (QUÉ) en unos plazos concretos y definidos (CUANDO) y articulando un conocimiento técnico, funcional, organizativo, procedimental…(CÓMO). Falta el PARA QUÉ pero he visto proyectos que salían adelante sin que tuviéramos muy claro el objetivo final del cliente, así que me atrevo a decir que técnicamente no es imprescindible.
Cuando el mundo no era tan complejo, nos decían que el jefe de proyecto tenía que ser una única persona. Tenía sentido porque solía pasar que una única organización respondía a todas las preguntas.
Aunque en realidad habían dos: El jefe de proyecto(interlocutor) del cliente, que definía el QUÉ y el CUANDO y el jefe de proyecto del proveedor que además de compartir con el primero los dos primeros indicadores se responsabilizaba del QUIEN y el CÓMO (aspectos sobre los que el cliente no tiene ni autoridad ni responsabilidad, ni falta que le hace).
Pero a veces, (cada vez mas?) se multiplican los agentes (organizaciones) involucradas en un proyecto y entonces es cuando me planteo que ya no sirve la regla de oro de “Un proyecto un responsable”.
Tener la necesaria visión global del proyecto, pasa por establecer una conversación a tantas bandas como organizaciones independientes y soberanas encargadas de responder a QUES, COMOS, QUIENES Y CUANDOS del proyecto. Eso sí, todas las voces, responsables únicas y autoridades de sus ámbitos de gestión. Esa regla, sigue sonando bien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Yo tuve la suerte de estar ahí y de vivirlo.
Estoy de acuerdo con todo lo que dices, pero ...
Creo que lo más importante es que el proyecto acabe, salga adelante, consigamos lo que veniamos a buscar, consigamos el éxito. Todo eso es lo importante.
Si para conseguir todo eso, es necesario un jefe de proyecto, se pone y que haga lo que tenga que hacer, pero si no hay jefe de proyecto, ni Director de Proyecto, ni Manager, ni programadores, ni, ni, ni ... Pues que no lo haya, que tampoco pasa nada.
Lo peor, es centrarse en las figuras, los nombres y los roles. A veces, hacemos de todo eso la excusa perfecta para que ya sepamos quien va a ser el responsable en caso de que no funcionen las cosas. Ahí es donde no debemos caer. En las excusas y en estar siempre a la defensiva.
Porque no se si lo has pensado, pero quizás en lugar de poner un cartel de se busca Jefe de Proyecto, deberíamos decir se busca cabeza de turco para cuando las cosas vayan mal, saber a quien cortársela (la cabeza).
A mi personalmente, me importa muy poco que haya o no haya jefe de proyecto. Lo único que me importa es que salga el proyecto adelante, con o sin jefe proyecto.
Por cierto, lo que me parece una genialidad es lo del QUE, el CUANDO, el QUIEN y el COMO, y eso es lo realmente importante, quizás, para saber un poco más lo que realmente queremos y para que día podremos disponer de él. Las otras 2 cuestiones, también me da igual como se resuelvan, pero que se resuelvan.
Debería existir alguna manera de formalizar y así señalar a alguien nombrándolo jefe del proyecto, al menos a nivel de titularidad para que las cosas puedan en principio girar alrededor de él/ella.
Si, Javier, sé que muchas veces se busca sólo al cabeza de turco. Eso tiene un falso (y miserable) efecto tranquilizador para todos. Es una perversión y no hay que caer en ella.
Pero, para hacer un pastel,y morir de placer (éxito) se necesitan todos los ingredientes...y el cocinero es esencial!
Senior, es que el problema no es el nombramiento. En T-systems, con Javier, montamos la Orden de los Templarios, una metáfora organizativa para crear un grupo de Directores de proyecto de élite.A simple vista todos parecían héroes con sus túnicas y sus espadas, pero no todos eran ni podían ser auténticos templarios ;-)
Javier, me resulta raro discrepar contigo, sera que te ha salido la vena del empresario?
Maria Jesus, estoy 100% de acuerdo contigo... cambia la palabra jefe por lider (a veces el Jefe de Proyecto puede ser un Director) y ahi lo tienes. Si no lo encuentras lo que tendra Javier ser aun cliente que, a posteriori, observara que se ha gastado el dinero en algo que no queria y entonces... si qu etendremos un problema.
Coincido contigo Mª Jesus, hay que buscar a la persona que ha motivado el gasto: "ese suele ser el lider el proyecto"
Jacques, de las saludables discrepancias florece el verdadero conocimiento ;-)
Gracias por tus consejos Gran Maestre.
Muy bueno el post. Poco a aportar a lo que comentas y a lo que dicen los compañeros (Maestre incluido. ¡Por cierto! ¿No te habían quemado?).
A veces la responsabilidad sobre un proyecto se cruza con la responsabilidad en el funcionamiento organizativo. Queda claro que un responsable de proyecto, no ha de ser necesariamente un directivo o mando de la organización, pero… ¿se permite realmente esta responsabilidad?
En algunos casos te encuentras que el trato con el cliente lo tiene el directivo, que es el que a su vez concreta unos resultados y le pasa la moto a un técnico (responsable de proyecto) para que ejecute el trabajo. Este, a su vez se responsabiliza de todo aquello que se puede responsabilizar, trabajando “de oídas” para satisfacer los propósitos de su verdadero cliente (el directivo). Llegados a este punto, ni el uno ni el otro se sienten realmente responsables del producto realizado. Ya se que el comentario es un poco simple, pero es lo que hay, sobre todo en entornos públicos. Responsabilidad y mando están desgraciadamente demasiado juntas en el campo semántico del personal.
El comentario no es nada simple. De hecho, lo que comentas ocurre con frecuencia (sobretodo en organizaciones jerárquicas y burocratizadas) y es causa de muchas frustraciones.
Yo en esos casos, pondría al jefe de proyecto delante del cliente, para que SIENTA lo que necesita el cliente. Y que le acompañe el directivo, que en realidad está para ayudar al jefe de proyecto, creando el entorno y facilitando los recursos que necesita para sacar adelante el proyecto.
Qué lindo, no?
Publicar un comentario