domingo, 9 de marzo de 2008

Resistencia al cambio hormonal

La entrevista a Rachel Cusk, publicada en El País, me ha hecho pensar hoy en un tema recurrente para las mujeres en edad fértil: La maternidad.

Cómo resolver el conflicto entre la pulsión procreadora (reconozco no haber sentido aún “la llamada de la selva”) y el desarrollo de la fertilidad intelectual; entre la asunción de vivir entregada a la responsabilidad de criar a unos hijos y la necesidad de sentirse dueña de tu propio destino; entre la individualidad y la entrega a los otros.

Admiro a las mujeres madres (no menosprecio la dedicación y los vínculos paternales, pero esta es una mirada subjetivamente femenina) que resuelven ese conflicto o que asumen su maternidad sin resolverlo.

No las admiro (sólo) por su capacidad de gestión, ni sus habilidades logísticas, ni por su extraordinaria fortaleza ante jornadas maratonianas. Las admiro por su valentía ante la posilibilidad de perderse ellas, las admiro por asumir el reto que supone entregarse a alguien o a algo y seguir siendo tú misma y por la generosa renuncia a las necesidades y libertades propias, en beneficio de aquellos que dependen de ti.

En Arlington Park, el último libro de Cusk, que colocaré en mi lista de pendientes “vamos conociendo la intimidad, la frustración, el deseo, el odio  o incluso la locura de varias mujeres, esposas y madres, enfrentadas a su soledad, a la tiranía de la maternidad o a los claroscuros del matrimonio”

Conozco a mujeres aplastadas por responsabilidades que nunca debieron asumir y conozco a espléndidas mujeres madres capaces de desplegar un sin fin de ricas facetas, en las que lejos de renunciar a quien son en esencia, brillan en todas con luz propia.

Espero tener algún día la sabiduría suficiente para saber de qué clase soy…mientras, sexo seguro para preservar la felicidad de mis no-hijos. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser�a importante conocer el entorno de cada una de esas madres, de la "aplastada" por responsibilidades que libremente a querido asumir y de la espl�ndida madre que brilla con luz propia.
Seguramente,sus dificultades o facilidades en la vida, hace que las encasilles en uno u otro lugar.
La responsabilidad que una mujer asume cuando decide ser madre, no puede ser cuestionada por nadie.
Sean cual sean las consecuencias de esa decisi�n, lo importante es ser buena madre.Que el camino a recorrer sea m�s escabroso o menos, s�lo depende de las circunstancias personales de cada uno.

Anónimo dijo...

Tienes razón, lo importante es que sea buena madre, independientemente de las circunstancias bajo las que se tomó la decisión, pero creo que no se puede ser buena madre (ni buena esposa, ni buena amiga, ni buena hija, hermana...) si no se está bien como persona, si abandonas tus necesidades y tus aspiraciones como ser humano. A veces dar demasiado es perjudicial incluso para aquellos a los que nos entregamos.
En cualquier caso, no pretendía juzgar a nadie y si alguien se cuestionaba era yo misma.

Anónimo dijo...

Mi humilde experiencia: nunca me plantee la existencia de un conflicto procreación vs desarrollo intelectual; para mí no están en planos separados, sino que son facetas de una misma realidad personal, todos podemos ser en un momento cobardes o heroicos, ruines o altruistas, responsables o inconscientes. La aceptación de la maternidad es sobre todo un acto de amor a la vida y un encuentro con el yo más instintivo y primitivo, es placer y dolor, es el principio y es el fin.

Anónimo dijo...

Preciosa reflexión. Yo a tu experiencia la llamaría de todo salvo humilde ;-) .Gracias