martes, 6 de julio de 2010

San Miguel de Allende

Hace unos días llegué a la Villa de San Miguel de Allende en el estado de Guanajuato, México.
Me trae aquí, el hecho de pensar, hace unos meses, que necesitaría distancia y aislamiento para concentrarme en un trabajo que me encargaron.

A veces, hay que hacer eso tan difícil (para mi lo es) de dedicarse a una única cosa. Y me pareció el momento de convertir la necesidad en aventura. Y retirarme a escribir.

Siempre he sentido fascinación por México (me cuesta explicar por qué sin caer en los tópicos), así que pensé que me dejaría caer por cualquier lugar del país, evitando en lo posible las dos (antagónicas) de las muchas caras de este país de contrastes: el frenesí turístico de las zonas costeras y la locura de violencia (cada vez más deslocalizada).

Ikuska, con quien comparto proyecto y viaje, movilizó sus redes hasta encontrar una casa tranquila en el centro de esta ciudad colonial, cuna del independentismo mexicano, del que este año precisamente, se cumple el bicentenario. Así que estamos, sin pretenderlo, en el ojo de un huracán (este cultural) de celebraciones y festejos populares, que junto con la ya de por sí intensa oferta de entretenimiento de la ciudad, nos pone difícil lo del retiro disciplinario. Pero nosotras, a lo nuestro ☺

San Miguel se ha convertido en un refugio (y un retiro) para gentes de todas partes el mundo (especialmente norteamericanos y canadienses) que buscan en sus calles empedradas, sus jardines interiores, sus acogedoras casas bajas pintadas de mil tonalidades de ocre, sus cafés, sus bibliotecas, sus numerosas fuentes y su infinidad de iglesias y santuarios; una forma más natural de vivir la vida, lejos de ese “primer” mundo consumista y “consumidor” de almas.
Plaza de escritores, artistas, diseñadores, intelectuales…por San Miguel se respira una mezcla curiosa entre lo local y lo cosmopolita, entre la tradición y la globalidad, entre lo propio y lo importado.

El primer paseo fue de la mano de Ruth, nada más llegar, aturdidas aún de un viaje largo y pesado.
Ruth es la dueña de la casa dónde nos alojamos. Llegó aquí hace algo más de cuatro años, después de viajar durante más de treinta por todo el mundo (ella calcula que ha estado en 51 países distintos). Decidió con cuarenta años que su vida no era la suya y se puso a caminar. Hoy, esta atractiva septuagenaria, regenta el pequeño oasis en el que nos alojamos y es también, a juzgar por la actividad de la casa y la suya propia, la reina indiscutible de la vida social de la comunidad norteamericana de San Miguel.

A modo de balance, de momento lo mejor: la luz, lo peor: los mosquitos. Contra estos últimos he desarrollado una placentera obsesión por aplastarlos a palmadas. (las marcas de mis piernas, explican por qué). Ayer fui capaz de matar a varios mientras hacía yoga, sin perder el equilibrio ni la postura…aaahh el poder de la meditación ☺

Intento fotografiar la luz, pero no consigo captar el impacto que causa a la mirada propia. Los amaneceres son rosas y el día se despide con tonos violetas y azulados. Un espectáculo diario que me encantaría llevarme atrapado, en un soporte menos efímero que la caprichosa memoria.

Seguiré intentándolo.

...Y Seguiré contando.

Y un trago en honor a Frida Kahlo que nació un día como hoy, no muy lejos de aquí.

7 comentarios:

Jesús Martín Barba dijo...

Bonito e interesante post, seguiremos a la escucha.

Jordi Graells dijo...

Maria! esperem que no siguin 'tigres' com els que volten per aquí... Bon viatge i projecte i aneu-nos-en informant. Records a la Ikuska :)

Odilas dijo...

Gracias Jesús, voy aprendiendo a eso de la "gachupinez" :) Un abrazo.

Hola Jordi, son enormes i els hi encanta la sang de consultores :) Gràcies!. SEguirem en contacte. Fins aviat!

ViK dijo...

no veo donde estas y me encanta! me iria con los ojos cerrados!

que manera de transmitir emociones :)

gracias!!!

Odilas dijo...

gracias a ti Vik, por el comentario. Te gustaría el lugar, seguro :)
un beso.

Raúl Castillo dijo...

Hola Odillas... no tengo el placer..
LLegué a ti desde Asier (gallas)amigo y a veces compañero de aglún viaje...
Quizá por esto, por el viaje en el que te veo, me llega el deseo de comentarte...

Me quedo con la luz que no llegas a dibujar en toda su intensidad, con las calles, pedregales con orden y sobre todo concierto(que imagino... de pisadas)
Me quedo con las sombras q se adivinan en aquellos parajes coloniales que recuerdo (de otras latitudes... pero igualmente sabios en su esconderse del sol)
Me quedo con el viaje al que me llevas, y te agradezco el olor que queda en mi...
Recuerdos a Diego... Rivera (no se si procede al lado de Frida por sus amores o si resurgen los desplantes y dolores compartidos...) en todo caso un abrazo recorrido de alcatraces y un saludo de recien conocido...
gracias...

Odilas dijo...

Bonitas tus palabras y la compañía que le hacen a las mías.
Un placer conocerte aquí y así.
Diago estará siempre junto a Frida, mal que les pese, que por eso dicen por ahí que "amores que matan nunca mueren".

Un abrazo y bienvenido a San Miguel :-!