martes, 16 de marzo de 2010

Proyectos de Verdad

Hay probablemente pocas cosas que garanticen tanto el éxito de un proyecto como el respeto a su verdadera naturaleza. Quiero decir con ello, que los proyectos salen cuando son Verdad.

No!, no todos los proyectos son Verdad.
Hace muchos años un gerente de una compañía tecnológica, que era mi jefe en aquel momento, me dijo “Existe el Hardware, existe el Software y tenemos el Vaporware”, al intentar explicar el surrealismo que estábamos viviendo en un proyecto no-verdadero.


Hay proyectos que responden más a las necesidades de producción de las empresas proveedoras que a las necesidades de las organizaciones cliente donde se implantan.
Hay proyectos, que son simplemente moneda de cambio en una transacción de equilibrio de favores.
Hay proyectos pensados para la promoción personal de alguien a quien le interesa poco el impacto del proyecto en el entorno (él/ella es el entorno)
Hay proyectos que no se necesitan pero que se emprenden por reacción mimética a lo que está haciendo la competencia.
Hay proyectos que nadie entiende, pero el título suena bien, parece que vamos a favor de las tendencias y la partida presupuestaria se defiende sola.
...

Posiblemente, todos los proyectos están cargados de mentiras, pero al menos, mientras duran, deberíamos creérnoslas.

Si no lo hacemos, todos esos proyectos están condenados al fracaso. Lo están porque nadie se ocupó de “la cosa” una vez se puso en marcha. Nadie se preocupó realmente por el producto (en esos contextos, el producto es lo de menos!). Nadie amó la pieza que se estaba construyendo…quizás algún idealista que se coló en el equipo, pero a menudo, son los primeros en ser expulsados por “tocahuevos”.
Nadie se concentró en el proyecto, porque todos estaban pendientes de la facturación, los bonus, la imagen, las relaciones, la promoción, la competencia...el vaporware.

En estos casos las cosas, sencillamente, no pasan. Para “hacer que las cosas pasen”, como dice mi colega Virgili, necesitamos proyectos de verdad. Proyectos pensados en contraste con la realidad. Proyectos viables, comprensibles y útiles. Vale!, Útiles también en sus efectos colaterales (en sus mentiras), pero útiles sobretodo en sus verdades. Útiles para resolver los problemas a los que podrían responder y útiles para las personas usuarias o beneficiarias de los mismos.

Elevo la mirada para decir que este país no puede permitirse muchas más mentiras. Y esa responsabilidad es de todos, estemos dónde estemos y hagamos lo que hagamos. Así que supongo que nos queda dar crédito a los idealistas, plantarle cara al cinismo y buscar la verdad “out there”

13 comentarios:

Manel Muntada dijo...

Cierto que muchos proyectos responden a la necesidad del proveedor y no a la del cliente…¡qué mundo tan fascinante! [Como diría el Dr. Spok]
A veces parece como si muchos de los proyectos careciesen de “proyección”, que es como carecer del “alma”, de aquel espíritu necesario para emprender, perseguir, buscar,…

Odilas dijo...

Exacto Manel!. Qué nos queda si perdemos el alma? :)
Gracias por pasarte y por tus verdades!. Un abrazo

Ramón Balterra dijo...

Cuántas veces me han pedido desarrollar cosas que no hacían falta, y sólo me bastaba con percibir el brillo de los ojos de mi jefe, enardecido por la nada. Ahora ya no trago con ciertas cosas, pero han hecho falta años de madurex profesional. Y de hecho no veo alternativas a ponerme por mi cuenta, en buena medida por situaciones así.
No hay que tragar. Y menos tragar humo.

Odilas dijo...

Hola RAmón. Cierto lo que dices.
Se requiere cierta perspectiva, para identificar proyectos fallidos de entrada, desde luego, la libertad de decir No. O al menos, la posibilidad de reconducir las cosas y proponer alternativas.
Gracias por pasarte y bienvenido.

Josep Julián dijo...

Eso que comentas fue el principal motivo por el que dejé la consultoría "de gran firma" que me desengañó enseguida. Y no me arrepiento de ello.
Un saludo.

Gabriela dijo...

Es importante reconocer que hay proyectos que salen y sobreviven porque son como bien dices "una transacción de equilibrio de favores" o "proyectos pensados para la promoción personal de alguien a quien le interesa poco el impacto del proyecto en el entorno (él/ella es el entorno)" entonces, va a poder nacer y subsistir si tiene quién lo sostenga y fundamenta, y lo que mencionas es el motor efectivo, motivante por cierto, no se convierte necesariamente en un proyecto de "verdad" que esté avocado al servicio del usuario, mas bien del dueño o de los dueños, pero sí se puede decir que es un proyecto real, realizado. Mientras que hay proyectos de "verdad" que a nadie les importa por que no sirven a una serie de intereses personales.
Saludos.

Joanka dijo...

Hola Maria Jesús,

Me ha encantado comprobar que los proyectos "orientados al proveedor" no son sólo producto de mi 'negativa' imaginación. Bueno, en realidad no me ha encantado, me entristece, porque implica que muchas organizaciones siguen malgastando esfuerzo y euros en cosas que no necesitan en lugar de optimizar el uso que se hace de los (en ocasiones muy limitados) recursos de que se dispone.

Alguna que otra vez he tenido la sensación de estar, si no 'comprando' algo superfluo, al menos, de estar pagando por matar moscas a cañonazos.

Lástima que muchas organizaciones no estén más por la labor de contar con los servicios de consultoría de aquellos que venden proyectos de verdad y dejar, de una vez por todas, de lado los amiguismos, los favores y las servitudes... especialmente en el caso de las administraciones, donde el presupuesto sale de los bolsillos de todos.

Gracias por este excelente post.

Un abrazo.

núria dijo...

Cuántas verdades has dicho en tu post. Coincido contigo en cuanto a la existencia de los proyectos vaporware y no me gustaría, para nada, estar implicada en uno de ellos. Por cierto, coincidimos en la presentación de uno, oi? :)

Gracias por el post!

Alberto Blanco dijo...

María Jesús, una revisión certera sobre la naturaleza de los proyectos y su gestión.

Coincido contigo en que es clave el respeto a la propia naturaleza del proyecto. Ese respeto se pierde cuando una empresa proveedora olvida su naturaleza y ve los proyectos como una mera forma de alcanzar sus objetivos de facturación o posicionamiento.

El verdadero crecimiento de una empresa proveedora de servicios no llega por incrementar su cuenta de resultados anualmente, sino por realizar proyectos que ayuden a sus clientes a ser mejores.

Gracias por el post.

Anna dijo...

Genial post, colega! Creo que he recibido la suficiente inyección anímica para seguir de "tocahuevos" una temporada. ;-)

Odilas dijo...

Josep, sí creo que muchos hemos hecho un proceso parecido.Gracias por compartirlo

Gabriela, no sé si te entiendo bien lo que quieres decir. Creo que apuntas que las cosas no son negras o blancas y que hay proyectos de verdad muy inútiles y proyectos que sin serlo al principio acaban teniendo un sentido. ¿es así?. En cualquier caso, gracias por pasarte por aquí y conversar

Gracias a ti Juanka, al menos nos tenemos para comprobar que no somos cascarrabias chalados :) Gracias por pasarte.

Jaja, sí Nuria, están por todas partes :) Gracias y Un abrazo.

Yo estoy segura de lo mismo Alberto. Gracias por comentar!

Hey Anna, vamos a pontar otra panda o qué ;-?. PEtons.

Y disculpad por el retraso en contestar, no es falta de ganas si no de tiempo de estar con cierta calma por aquí.

Jordi Graells dijo...

Excel·lent post, Maria. Encara som a temps de canviar alguns 'vaporwares' per 'mindwares' (o 'intel·ligentwares'). Depèn de la nostra actitud canviar aquesta 'trista' (com deia 'Joanka') realitat.

Odilas dijo...

Gràcies Jordi!. M'agrada "mindwares". Sí depèn de tots nosaltres. Gràcies per la teva "lluita" i la teva inspiració.