lunes, 4 de julio de 2011

Riding with the Horsewoman


La semana pasada tuve que dar una conferencia ante un público que provenía de diversos países de Europa. El tema, conocido: “Enterprise Social Netwoks”, el material: reaprovechado de otras ocasiones, el problema: hablar durante 40 minutos en un inglés compresible, y participar en un debate final respondiendo a las preguntas y propuestas que pudieran ocurrírsele a cualquiera de los 200 invitados al evento. Además, la organización nos requería una dramatización entre mi “partenaire” y yo. Él debía defender el lado oscuro: los riesgos y los problemas de Internet y yo sus bonanzas y aplicación a la vida personal y profesional. Una especie de dúo Pimpinela a la francesa (el cliente era GdfSuez).

Mi primera respuesta fue que mi nivel de inglés no daba para tanto, pero finalmente y tras una serie de acontecimientos que no vienen al caso, acabé allí subida sonriendo a una audiencia dispuesta a escuchar.

Lo que ocurrió durante el mes previo a la conferencia, fue que topé con una de esas profesionales con quien vives una experiencia digna de ser compartida

A Paquita me la recomendó un colega. Ella le da clases de inglés y yo necesitaba a alguien que rescatara esa lengua de mi subconsciente más profundo y me pusiera las pilas en 4 semanas. Pero Paquita es algo más que una profesora de inglés. Tuve la sensación desde el primer café, que estaba conceptualizando un proyecto con mi situación. Me hizo tantas preguntas que no tenían que ver con el discurso propiamente dicho, que al inicio sentí cierto desconcierto, pero me dejé llevar. Y en cuanto dibujó el "proyecto MJ", fue como subir con ella a un caballo al galope.

Me ayudó con el idioma, pero durante todas las sesiones que trabajó conmigo, casi parecía lo secundario. Me explicó cómo hablar con el cuerpo, cómo respirar, cómo modular, como interpretar a la audiencia, como interpelarla. Identificó tics irritantes, y construcciones favorecedoras. Me ayudó a visualizar el momento, me grabó, me enseñó, me reconoció y me mostró, me entrenó. Me ayudó a conocerme un poco más a mi misma y a ganar confianza. El inglés se convirtió en un vehículo a través del cual esa mujer iba construyendo un andamio a mi medida, ni muy alto ni muy bajo, sobre el que poder moverme con libertad y confianza el día de la presentación. Ella, que es una experta amazona (sentido literal), domó mis inseguridades y virtudes, hasta sacar de mí algo realmente asombroso.

A veces, encuentras personas así. Y vale la pena contarlo.

Francisca Picar es licenciada en filología anglogermánica, cursó estudios de derecho, de especialización en coaching ejecutivo y de liderazgo, a lo que se dedica recientemente después de una larga trayectoria profesional repartida entre la docencia(inglés, francés, catalán y castellano, italiano, árabe), traducción e interpretación.
Ha estado muchos años vinculada a la acción social, como concejal de salud pública y servicios sociales en su localidad, y como presidenta de varias asociaciones sobre la defensa y promoción de la mujer (creó uno de los primeros equipos interdisciplinario de atención primaria a la mujer víctima de violencia doméstica). Entre muchas otras cosas, lidera un proyecto que persigue la implantación en España de la disciplina deportiva de la hípica adaptada, y de promoción paralímpica de sus deportistas.

Y a ratos, ayuda a que algunos humanos no nos descalabremos con nuestras neuras.

Os dejo aquí la presentación, por si le sirve a alguien en trances parecidos

1 comentario:

Amalio A. Rey dijo...

Joer, que buena la historia de Paquita, y cómo la cuentas. "Me la pido", yo quiero una Paquita de esas cerca mío :-)
No es nada fácil encontrar a personas con esas características. Me encanta ese tipo de descubrimientos: "busco a una persona que me enseñe inglés, y termino encontrando una gestora/coach de proyectos con visión humanista".
Serendipia pura...