La configuración de nuestra identidad profesional se va desarrollando a medida que transitamos equipos, proyectos, empresas... Venimos con el bagaje unificador y siempre insuficiente de los estudios cursados, pero es luego, al hacer uso de nuestras habilidades técnicas y emocionales para aplicar ese saber teórico a las diversas situaciones que nos encontramos, cuando vamos definiendo nuestro Yo en los entornos profesionales.
Pero hay quien lo tiene más fácil y hay quien lo tiene más difícil. Y no hablo de dificultades laborales, si no de la dificultad de “encajar” dependiendo de cómo se hayan diseñado y desarrollado nuestras competencias.
El camino no está igual de claro para todos.
Los generalistas tardan más en entender quien son y qué son para lo demás y para sí mismos. Es una cuestión de complejidad: demasiadas opciones, demasiada diversidad, demasiadas conexiones. Quien puede hacerlo todo es fácil que acabe no haciendo nada (son puntos opuestos de un mismo círculo).
Es mucho más fácil (en este sentido) para aquel que se especializa en un tema concreto y disfruta profundizando en una práctica que tiene los límites conceptuales más o menos acotados.
En las empresas, en los equipos, necesitamos generalistas y especialistas, pero pienso que son los primeros los que requieren más atención. Son imprescindibles y son los que más sufren más hasta que definen esa identidad profesional que les dará la seguridad necesaria para desenvolverse en los equipos y los proyectos.
Un generalista contribuye de manera más indirecta a los procesos de producción. Es alguien que difícilmente vivirá las satisfacción intelectual que supone dar una respuesta técnica efectiva a un problema concreto, que difícilmente podrá definir los límites de su responsabilidad en un proyecto, su ámbito de actuación y competencia. Son los que se quedan pensando antes de responder al “y tú quien eres?”
Los generalistas salen de las carreras académicas con una mente bien configurada para la reflexión, el análisis crítico, el criterio, la abstracción y la conceptualización, pero tardarán tiempo (un tiempo siempre angustiante) en sentirse útiles. Ese sentimiento del que ve cómo su conocimiento aplicado genera valor.
Siempre sabrán un poco de mucho y nada del todo. Sus inquietudes son dispersas, beben de muchas fuentes y se apasionan por todo lo que encuentran por el camino. Sueñan con vidas paralelas y dudarán de por vida sobre su verdadera vocación. Poco a poco entenderán que pueden hacer casi de todo, pero nunca solos, necesitarán siempre a los especialistas a esos que admiran por la profunda verticalidad de su conocimiento
Yo admiro a ambos, mi formación es una ingeniería, pero mi mente es generalista. No sé si eso ha sido una ventaja. He intentado convertirlo en algo positivo, pero no siempre ha sido fácil. Por eso, reconozco y siento como propia la desazón de los que navegan aguas turbias. Ricas y llenas de nutrientes, pero turbias.
Es difícil dar consejos porque la trayectoria vital es personal e intransferible, pero hay algo que me parece útil al mirar con perspectiva el camino recorrido: no dejar que la ausencia de definición nos paralice; que el hecho de no tener el futuro perfilado no nos impida entregarnos al presente, que el no poder definirnos no nos impida actuar con la incisión de quien lo tiene claro. En definitiva, no habrá nada que defina el futuro y a nosotros en él, tanto como la vivencia intensa de los sucesivos presentes a los que nos entreguemos.
Feliz viaje!
14 comentarios:
En este travestismo de formación especialista y mente generalices estamos más de uno
Me vas a perdonar, pero yo no creo que de la persona que en un proyecto se dedica a coordinar personas, a gestionar ambiciones e intenciones, a distribuir el trabajo de forma equitativa y adecuada a las capacidades, a seguir y perseguir los objetivos marcados... se pueda decir que no está especializada.
En mi opinión es una especialización transversal, que no veo si no como la madurez que se adquiere mediante la práctica de alguna de las otras y está un escalón por encima en cuanto a capacidad de conceptualización y de visión del conjunto.
Uno debe empezar profundizando en un campo (o en dos o en tres, a veces hay que iniciar varios caminos y retroceder hasta encontrar el que nos conduzca al sitio donde seamos más felices y más útiles) y después, si la capacidad personal y el aprendizaje realizado lo permiten, dar el salto y convertirse en alguien que amalgame las habilidades, pero también los miedos e inquietudes, de los integrantes de un equipo en bien del proyecto, para que, entre otras cosas, todos alcancen sus objetivos personales.
Y esa es una especialización. Probablemente la más difícil y la más lenta. O al menos así es como yo lo veo... que ya ves tú, cuatro días en el convento y ya pretendo cantar misa... ;-) .
Es aquello del “todo y las partes” verdad María Jesús. Ya sabes, el todo es algo distinto de las partes que lo componen, con su individualidad y su unicidad. Otra cosa es que haya siempre quien crea que son las partes, como integrantes del todo, las que realmente importan. Es inevitable quedar magnetizado por la mecánica de las cosas para poder dejar de admirar el movimiento en sí mismo. El movimiento…quizás algo que no se debiera admirar pero algo necesario y lo que, sin lugar a dudas, constituye el verdadero sentido de las partes… ¿verdad?
Profesionales como tu saben que las partes son importantes pero que, desde ellas, es imposible ver el todo y que este, en su conjunto necesita de una mirada experta que sepa aprehenderlo, interpretarlo pues se trata de la verdadera razón independientemente de que, además, sea el sentido de cada una de sus partes.
Un abrazo.
Hola Mª Jesús, me he sentido totalmente identificado con esa dualidad entre especialista y generalista y con tu descripción del camino que realizan esto últimos.
Acabo de descubrir tu blog. ¡Enhorabuena!
Touché. Me siento totalmente identificado; un jefe que tuve me presentó a una visita como "desfacedor de entuertos"
Nunca me había sentido tan bien definida y tan identificada con un perfil profesional tan "inconcreto" como el que has definido de los generalistas...
¿Podrías profundizar en el tema?
No te conozco y he llegado aquí de casualidad pero me ha resultado de verdad impactante la manera en que has descrito mis inquietudes.
Gracias. Te seguiré.
Hola María,
¡Qué bien! ¡Ahora ya sé cómo definirme! ¡Soy una persona generalista! Ahora ya tengo una explicación a todas esas dudas vocacionales, profesionales e incluso vitales que constantemente me asaltan... Aunque... a eso de tener inquietudes dispersas, beber de múltiples fuentes y apasionarse por casi todo lo que se pueda conocer yo lo llamaba "promiscuidad del conocimiento" ;-)
He encontrado interesantísima tu reflexión sobre los diferentes perfiles y sobre ese maravilloso mundo de la fusión que hace que se pueda ser generalista y especialista a la vez... yo creo que es el tipo más abundante... aunque quizás sólo sea que creo conocer más gente así que no sólo especialista o solo generalista...
Un abrazo.
Pues ahí estamos JA, abrazo y gracias por pasarte.
Hola Francesca, cantas misa como los mismísimos ángeles. Un abrazo colega
Hola Manel, estamos de acuerdo (si te he entendido :) Abrazo y saludos
Hola Nacho, bienvenido a esta tu casa. Gracias por la complicidad y hasta pronto.
Hola Iñaki, ya te lo dije en twitter, buen jefe y buen trabajo el tuyo :) saludos y gracias
mrs.smallest gracias por tu comentario. Tengo poco tiempo de profundizar, al menos por escrito, pero nos vamos siguiendo y seguro que se abren hilos. Bienvenida también y gracias por comentar
Hola Juanka, ya sé que tú eres del club de los promiscuos. Tienes razón, todos somos un poco generalistas y algunos además profundizan un poco más en alguna materia. Un día hablamos sobre como el sistema educativo sólo reconoce lo segundo y no parece darle una importancia práctica a lo primero, pero ese es otro debate que ya tendremos frente a un café :) Abrazo
Muy bueno, JM, muy bueno. Es un tema que me interesa un monton. A la hora de hablar de esto siempre uso el simil de los "T-shaped people". Hay que gente que tiene un tronco de T muy potente, muy grueso (los especialistas), y los hay cuya fortaleza principal es poner la tilde (los generalistas).
Para que los proyectos complejos salgan, necesitamos una T bien compensada, con tronco y tilde robustas. Me confieso de soy de los tuyos, "de Tilde", y me alegra que así sea. Es más divertido, ya lo sabes. El generalista tiene potencial de "hibridador", "mezclador", y "conector", y necesitamos gente así. De todos modos, suelo decir tambien que para ser de un buen generalista, conviene saber bastante de algo, haber adquirido habilidades de profundizar en algo, porque eso te ayuda a entenderte con los "especialistas".
Enhorabuena, jovencita :-)
Gracias Amalio, recuerdo el día que te oí por primera vez tu teoría de la "T", íbamos en un coche por Bilbao (puede ser?! jeje).
Gracias por sus sabias palabras y por la complicidad.
Un abrazo colega.
Los T-Sahped people son la base en la que se está fundamentando el SRII (http://www.thesrii.org/), que en mi opinión es la gran alianza anti Apple y anti Google.
Los que hacen que las cosas pasen...rol de gran valor en los proyectos y organizaciones del futuro que son ya las de hoy. La sociedad del conocimiento precisa de generalistas capaces de conectar, inspirar y movilizar a aquellos más especializados. Son dos clases de expertos y cada uno tiene su espacio. Excelente post odilas
Gracias Elena, valioso tu comentario porque sé que viene de la vivencia en carnes propias de la difícil y compleja gestión del talento.
Seguimos! :)
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