sábado, 6 de noviembre de 2010

Las raíces triviales de lo fundamental


Hoy un amigo, ponía en mis manos el último libro de Wagensberg.
Sus dedos cómplices buscaban la página -entre el índice y el prólogo- dónde se leía:

"La humanidad se divide en dos clases de personas: las que van más bien a favor de los proyectos y las que van más bien a favor de sí mismos. Este libro está dedicado a la primera clase de habitantes del planeta..."

...esta nota de vuelta, también.



15 comentarios:

Francesca dijo...

Dicen que Jonas E. Salk, el médico que lideró el proyecto que desarrolló la vacuna contra la polimielitis, dijo una frase que luego se ha hecho famosa: “La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho”. Yo creo que ir a favor del proyecto es abrirle una puerta a otros proyectos que vengan después, mientras que ir a favor de sí mismo es ansiar llegar al final del trayecto como sea.
Sin duda es una opción (no la comparto, pero puedo entenderla), aunque si se acoge uno a eso, debe ser consciente de que, al acabar, ya solo nos restará bajarnos del autobús…
Apunto el libro de Wagensberg en mi lista de pendientes… que no son tantos, porque no se publican tantos ensayos lúcidos como cabría esperar…
¡Buen fin de semana!

José Miguel Bolívar dijo...

Bueno, según el protagonista de "La leyenda de la ciudad sin nombre", faltaría una tercera clase de personas: las que no van a ninguna parte ;-)
Bienvenida de vuelta

Amalio A. Rey dijo...

MJ:
Estando en principio de acuerdo con Wagensberg, esa cita tiene trampa según quien la lea. A mí el solo pensar que tengo solo dos opciones, incluso excluyentes porque segun el autor el mundo "se divide" en esas dos tipos de personas, me da un poco de miedo. Tener que elegir entre: 1) A favor de mí, 2) A favor del proyecto, y entendiendo el "proyecto" como una iniciativa social en favor del "nosotros", me da algo de repelus. ¿por qué? porque me suena a cierta consigna que me ponían en la TV todos los dias en mis tiempos mozos allá por el Caribe para aplastar por la fuerza mi gen egoista. Lo estoy sacando de contexto, está claro, porque entiendo a lo que se refiere Wagensberg,y por qué lo citas. Es un homenaje a gente que se sacrifica, que cultiva el gen social, y yo me identifico con eso. Pero me sirve al mismo tiempo para reflexionar en el sentido de que el reto está precisamente en manejarse bien en las zonas compartidas que existen entre el gen social y el egoista. Hay mucho territorio para disfrutar en esas zonas grises si conseguimos, sobre todo, conocernos a nosotros mismos. Solo así vamos a encontrar esos "proyectos" que tambien van "a favor de nosotros mismos". Si te fijas, MJ (y no es casualidad), volvemos al recurrente debate de la viabilidad de las redes y las comunidades. Esa frase (y que seas tú quien la cita) me lleva a ello = Ningun "proyecto" de red/comunidad va a funcionar si anula la aspiración natural de sus participantes de tambien "ir a favor de sí mismos". Ya sabes, es mejor "y" que "o".
Ains, me he enrollao, xxdd.... pero es solo por generar conversacion...
un abrazo

luis.tic616 dijo...

Primero de todo me congratulo de la vuelta bloguera de @odilas y segundo, me vais a perdonar queridas colegas, que discrepe o al menos que levante el dedo con un pero.

En general me pongo en guardia y me sale la vena "destroyer" cuando oigo que hay que anteponer "algo" al individuo, ya sea este "algo" un "proyecto", "voluntades colectivas", "el bien común", "una nación", "un pueblo", "un sentimiento", ...

Esa frase de Wagensberg, en un contexto concreto, puede ser "buena", no lo dudo. Pero sin ese contexto me parece intrínsecamente perversa y perniciosa porque puede utilizarse para justificar cualquier barbaridad en aras de "la colectividad"... y la historia está llena de ejemplos desgraciadamente

PD. Soy consciente de que @odilas me va a odiar un poquito porque me he metido con una de sus referencias intelectuales, pero como sé que es generosa y de mente sana me va a perdonar seguro :)

Amalio A. Rey dijo...

Perdona, MJ, ya me he dado cuenta lo que me chirriaba de la frase asi que lo voy a resumir: Wagensberg lo plantea como un discontinuo, en plan binario: estas en un "estado" o en otro; y yo lo veo como un continuo, en el que solo hay un cambio drástico de estado en ambos extremos, de los que huiría siempre. Un abrazo :-)

Francesca dijo...

¿Puedo añadir una cosita al debate?... estoy de acuerdo con Amalio y con Luis... pero también con Wagensberg y conmigo misma :-)

Yo creo que hablamos de momentos diferentes: antes de meterse en faena y una vez metidos. Antes hay que pensar en todo, en uno lo primero, que al final trabajar también es vivir y hay que cuidarse, pero una vez decidido que aquello es lo que se quiere hacer, enfocar la proa a los objetivos marcados y luchar por conseguirlos. Es entonces cuando los intereses quedan alineados y luchar por el bien del proyecto pasa a ser, irremediablemente, luchar por los propios.

Entiendo que cuando Wagensberg habla de los que piensan en sí mismos, se refiere a los que no saben que, a esas alturas, perjudicar al proyecto es, también, perjudicarse uno, más allá de lo que debería.

Y a todo esto, ¡buenos días, buena gente! :-)

Juan López dijo...

Leyendo El Retorno a la Antigüedad de Robert D. Kaplan con este post fresco en la cabeza me encuentro con una definición que da Maquiavelo de virtud que viene muy al caso:
"Para Maquiavelo, virtud equivale a valor, capacidad ingenuidad, detarminación, energía y habilidad: pero normalmente en busca del bien general. La virtud presupone ambición, pero no sólo en aras del progreso personal".
Aplicado a los proyectos, en la línea que comentáis, la virtud reside en los espacios intermedios entre los dos extremos.

Odilas dijo...

Es un placer teneros de nuevo por aquí colegas!
La "vuelta" me demuestra que sois incombustibles en esto de la reflexión y el debate...un lujo
Besos

MarcG dijo...

MJ,

Quizá, como diría Bauman, la mejor metáfora es verlo como un péndulo.

Wagensberg habla de los que están a favor de los proyectos, y de los que están a favor de sí mismos.

Bauman diría que lo que hay es un pendulo que, en algunos momentos, está más cerca del egoísmo, en otros momentos más cerca de luchar por los proyectos, pero lo habitual es un sinfín de situaciones llenas de matices entre estas dos variables.

Buen debate para un post tan corto... pero intenso! :)

acabanyas@gmail.com dijo...

Supongamos, por un momento, que ir a favor de los proyectos e ir a favor de sí mismo fueran la misma cosa... Qué ecuación más fantástica, ¿no? ;-)

Nacho Muñoz dijo...

Quizá sí haya dos clases de personas: (1) las que creen que hay dos clases de personas y (2) las que no.

Que bueno verte en el reader de nuevo :-)

Odilas dijo...

El placer es mío de veros por aquí Nacho, Anna, Marc!
Abrazos.

libro dijo...

guaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro temas muy interesantes.

Odilas dijo...

Gracias! y bienvenida :)

noticias dijo...

muy interesante el articulo, mi enhorabuena sigue asi