La cena del jueves por la noche ya calentó motores entre aquellos que nos tenemos más cerca, más vistos, aquellos a los que puedes preguntar que fue de aquel trabajo o como le va a otro colega, conocidos comunes, como si se tratara de una verdadera comunidad.
El viernes, la jornada se dividía en dos formatos : Por la mañana una sesión con parte del grupo de la Red de Consultoria Artesana y ya por la tarde un plenario con todo el que sintió ganas de acercarse, compartir, aprender, proponer y enredarse..,consultores? artesanos? no sé, pero sí. Como dijo alguien al presentarse, la etiqueta me ha permitido volver a definirme (sin complejos) como consultor.
Coincido con la valoración de Amalio, de Julen y de otros, en el valor de la diversidad que se dio allí. A veces cuando internas definir quien eres, que haces, que consideras correcto o no, caemos en delimitaciones excluyentes. Nos preocupa tanto distinguirnos y diferenciarnos de lo que no nos gusta, que acabamos levantando muros frente a aquellos que sí nos gustarían y que se identificarían con nosotros.
Me emocionó la impactante ronda de presentaciones. En 59” cada cual tenia que sintetizar que hacía, de donde venía y qué esperaba del encuentro. Gentes de finanzas, marketing, tecnología, innovación, gestión, recursos humanos, artistas, profesores... Sectores diversos, desde la gran empresa, las pymes, la administración pública, tercer sector, y cuarto, universidad. Profesionales que operan con una simple licencia fiscal, otros que tienen pequeñas empresas, otros que combinan dedicaciones estables con sus primeras aproximaciones a la consultoría independiente, otros en un proactivo "desempleo". De todo. Desde un encantador chico con traje y corbata hasta un sugerente pintas con sombrerito y unas zapatillas de coloración asimétrica; mujeres, hombres; gente muy joven que empieza y no quiere hacerlo mercadeando con su alma en la economía tradicional junto a perros (y perras pero suena peor :) viejos que buscan formas mas dignas de aprovechar su talento, su experiencia, su tiempo y su libertad…
Un ejercito de hombres y mujeres que prefieren gestionar la incertidumbre a dejarla en manos de otros, que les gusta lo que hacen y quieren hacerlo bien y no solo “por la pasta”, que ven en sus competidores posibles alianzas enriquecedoras, que ven en sus clientes socios de conocimiento, cómplices para cambiar el mundo; que no están dispuestos a trabajar para cualquiera ni a cualquier precio (porque frustra mucho ser más exigente con el resultado que quien te paga); que no quieren alimentar un sistema en el que no creen, que quieren hacer de su profesión algo digno, placentero y sostenible.
Unas 35 personas que posiblemente no representan nada, pero que invitan a pensar en una tendencia liberadora.
No hay empresa que aguante la diversidad que se daba solo entre la gente de aquella sala. Y en cambio los proyectos que necesita esta sociedad del conocimiento requieren cada vez más de enfoques innovadores, diseñados por equipos multidisciplinales, equipos de personas que se nutran, a su vez, de experiencias diversas en distintos entornos, vivencias que difícilmente podremos experimentar intramuros de ninguna organización.
Las redes de profesionales que se autoorganizan para realizar proyectos va a ser una evidencia cada vez más relevante, pero no es fácil: ir por libre tiene sus debilidades frente a modelos consolidados de organización productiva. ¿Cómo mejoramos eficiencias sin caer en la división inhumana del trabajo?, ¿Cómo compartimos conocimiento y prácticas?, ¿Cómo nos organizamos para acometer juntos un proyecto? ¿al margen de los proyectos, cómo estructuramos mecanismos de soporte mútuo y ayuda en la red? (pregunta Julen en el post de Leiva) ¿Ganaríamos algo con la asociación, la agregación, con el desarrollo de una marca común que ayude a explicar que somos una alternativa a proyectos de consultoria donde tradicionalmente operan las grandes marcas? ¿nos interesan esos proyectos? ¿podríamos compartir recursos entre varios ¨nodos¨ para optimizar costes?...etc.
Hay que explorar, hay que aprender de unos y de otros, de cómo vamos resolviendo el día a día en cada taller. El reto esta en crear nuevos modelos. Estructuras que permitan la agregación de nodos independientes sin caer en las trampas de la empresa tradicional, sin las perversiones de la industrialización, sin dejar que el ente común, se sobreponga a los individuos.
A pesar de que la convocatoria era para hablar de dineros, tuvimos intensos debates sobre los modelos de red, su arquitecturas, sus dinámicas, sus prestaciones. Javier LEiva explica bien algunas aproximaciones sobre redes laxas (para relacionarse y compartir conocimiento) y asociaciones más sólidas y temporales para realizar proyectos. Añado que ambos pueden ser vasocomunicantes, un flujo que nos permita mantener lo que caracteriza a uno y otro sistema sin pervertirlo y aprovecharnos de lo mejor de cada uno según convenga.
Por dejar de divagar y aportar información de interés más práctico en torno, ahora sí, a cuestiones económicas, os propongo la siguiente lista de cosas a considerar cuando te lanzas por libre.
1. Para dar el salto, conviene tener un colchón que te permita estar, en caso necesario, unos meses sin facturar y sin aceptar trabajos que no son lo que quieres hacer. Es importante empezar sin prisas y seleccionar (sin chulerías, pero con coherencia) incluso desde el principio, los trabajos que vas a hacer. Si puedes "atar" algo antes, con clientes que ya te conocen o con la organización de la que sales, puede ser una buena forma de reducir angustia al inicio.
2. Al principio basta con una licencia fiscal de autónomos aunque puede llegar un momento que por razones fiscales te interesará una empresa (no hay nada muy creativo al respecto, no hay formas jurídicas para las redes, así que una S.L. es lo más común y sencillo para operar con el sistema)
3. Busca a un buen gestor que no solo te mueva papeles de un lado a otro, si no que se implique en tu proyecto y te asesore en temas fiscales y de evolución económica de tu actividad.
4. Selecciona bien a tus compañeros. No puedes hacer casi nada solo. Seguramente tendrás que echar mano de tu red de colegas. Mantén un sano equilibrio entre el feeling y la idoneidad. A veces hay que trabajar con personas que no nos enamoran pero son complementarias a nosotros; aunque no trabajes con imbéciles, eso siempre da malos resultados, aunque sean genios. Cada uno/a aquí tiene su nivel de tolerancia en un punto distinto, pero el mensaje es que ojo con los extremos.
5. En ocasiones esas conexiones se darán con personas que trabajaran en tus proyectos, otras veces serás tú quien formes parte de un equipo que coordina otro. En ambos casos conviene desmitificar euforias virtuales: Tener buen rollito en la red no significa ser capaces de trabajar juntos. Y no pasa nada, pero pasa.
6. Selecciona también a tus clientes. No todos entenderán el valor que aportas. No todos entenderán o necesitarán los proyectos que puedes y quieres hacer. No todos querrán la calidad que puedes dar. No todos entenderán un carajo.
7. “Enchúfate” a cuantas redes puedas para intercambiar conocimiento y experiencias (redes laxas) pero se muy cuidadoso/a con tu red de producción para realizar proyectos. Esta no se improvisa, requiere tiempo y requiere normas que las primeras no necesitan.
8. Tarifas: no calcules teniendo como referencia tu anterior sueldo o como si trabajaras por cuenta ajena. Como mínimo has de cobrar el doble apuntaba alguien en la sala. Ahora todos tus impuestos y contribuciones sociales las asumes tú, el coste de afiliar tus herramientas de producción lo pagas tú, además hay que considerar el riesgo que implica una actividad discontinua.
9. Busca rentabilidad de escala. Es un mito que cualquier trabajo artesano parte de cero. Reaprovecha todo lo que puedas de trabajos anteriores y rentabiliza el esfuerzo realizado previamente.
10.Céntrate en aquello haces bien y de forma eficiente y busca a colegas que hagan el resto del trabajo en el que son especialistas y les encanta. Esto reducirá el coste de los proyectos y aumentara tu satisfacción porque podrás dedicarte a lo que realmente te gusta.
11.La tecnología es un gran aliado de los freelancers y las redes. Hoy en día es posible trabajar con personas que están lejos físicamente (así que piensa en global), creando espacios virtuales de trabajo en los que involucrar también al cliente. Hablamos de wikis, pero puede ser necesario enriquecerlas con gestores de actividad, calendarios, gestores documentales o foros de debate más amigables que los que traen la mayoria de wikis.
Esto se alarga y la conversación seguirá. Me queda agradecer y admirar el montaje de Julen y Asier, la complicidad y la mente brillante de Ricardo , la hospitalidad de Naiara, y David, y la compañía de Amalio, Bartolomé, Jose Miguel ,Javier y de todos los que vineron al taller abierto. Un abrazo y hasta pronto